Esta canción es una de esas que, como el Huapango de Moncayo y la Marcha de Zacatecas, se consideran casi un segundo himno nacional del México. Pero, ¿conoces cuál fue el origen de “México lindo y querido”, de la inspiración del compositor Chucho Monge, y cuál fue la historia que la hizo famosa?
Todo tiene que ver con una de las voces más famosas del Cine de Oro mexicano, su trágica muerte en el extranjero y lo profética que resultó su letra. Te contamos…
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La leyenda dice que el compositor moreliano Chucho Monge (1910-1964) compuso esta canción cuando tenía la tierna edad de 11 años. Lo que sí confirma la historia es que la primera grabación de “México lindo y querido” la realizó en 1945 el dueto conformado por Rosario Morales y Eva Rodríguez, conocidas como Las Dolores. Después, vendría el Trío Tariácuri —originario de Michoacán y considerado el primer trío mexicano— a entregar su propia versión.
Sin embargo, en ambos casos la canción pasó casi sin pena ni gloria. Unos años después, el afamado Jorge Negrete la interpretó en la cinta Siempre tuya (1950), dirigida por Emilio “Indio” Fernández, la cual narra la historia de un campesino que, por la mala condición económica causada por una sequía, se ve obligado a dejar su pueblo y migrar con su esposa a la Ciudad de México.
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La película no fue tan exitosa como otras del “Indio” ni del afamado barítono. Aun así, fue llevada a un disco, aunque relegada al lado B del sencillo “El rogón”. El destino quiso que unos años después, en diciembre de 1953 y encontrándose en la ciudad de Los Angeles, California, Jorge Negrete falleciera víctima de una cirrosis hepática causada por la hepatitis.
Se dice que cuando en la radio mexicana se dio la triste noticia de su prematuro deceso —tenía en ese momento apenas 42 años—, de fondo se puso la canción “México lindo y querido”, ya que había muerto fuera de México. Además, durante su funeral la sentida canción fue interpretada, resultando proféticas las estrofas que dicen:
México lindo y querido,
Si muero lejos de ti,
Que digan que estoy dormido
Y que me traigan aquí.
Así fue que la trágica muerte de un ídolo selló para siempre esta composición, y a la fecha se le considera una de las más emblemáticas de la canción ranchera mexicana: un auténtico himno al patriotismo, al amor por México y a la nostalgia por el terruño.
