La comida mexicana es vasta, deliciosa, diversa y abundante… y, hemos de reconocerlo, también muy pesada y difícil de digerir. Por eso, a cada tanto se agradece la presencia de un licor digestivo o “bajativo”, como se le dice coloquialmente, que no es sino una bebida producida con alcohol —casi siempre aguardiente de caña o de agave—, en donde se maceran frutas, cortezas, cáscaras, flores, semillas, especias o raíces. Muchas de las recetas de estas preparaciones se han mantenido en las familias que los elaboran y se han consumido localmente desde hace mucho tiempo.
A continuación, te dejamos cinco licores digestivos mexicanos que serán perfectos para tomarse solos como aperitivo, antes de la comida y para abrir el apetito, o “p’al desempance”, ayudando con los azúcares del alcohol a los procesos químicos de la digestión.
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Moscos
Este licor es típico de Toluca, Estado de México, y es una es tradición desde la década de 1920 que en la cantina La Miniatura, propiedad de la familia Almazán, no se ha dejado de preparar. Su sabor es de naranja profundo con destellos dorados; a la vista es limpio, brillante, dorado y con buen cuerpo. En nariz tiene aromas intensos de naranja, cítricos maduros y miel. En boca se confirma el sabor de la naranja y especias, meloso.
Es ideal para cocinar con carnes blancas, camarones, carne de cerdo, en salsas agridulces. En repostería para hacer flanes, panqués, gelatinas y con helados. Resulta perfecto para hacer crepas, flameados de frutas o cafés. Los locales cuentan que se llama así porque “te deja picado” y su graduación alcohólica varía desde los 13° hasta los 45°.
Licor de guayaba
Original de Calvillo, Aguascalientes. Podría decirse que éste es un clásico hidrocálido ya que Aguascalientes es el segundo productor de guayaba a nivel nacional. Este licor es dulce y ácido al mismo tiempo, con un color amarillo pardo y un volumen alcohólico que puede llegar a los 36°. Este licor va muy bien en cocteles clásicos como la Margarita o el Cosmopolitan.
Verde de Xico, Veracruz
Como su nombre lo indica esta bebida espirituosa es de color verde y su producción tradicionalmente es artesanal. Su distribución no es muy amplia; por esa misma razón, pero quien visita Xico y lo prueba termina llevándose botellas. Este es un licor de hierbas con sabor complejo, su receta exacta es un secreto que ha pasado de generación en generación, pero se puede detectar toronjil, anís, hierbabuena, hierba de burro, zacate de limón y manzanilla. Sus usos son medicinales, pues se puede tomar para bajar indigestiones y es expectorante; fuera de eso, tiene un sabor muy agradable y su grado alcohólico es de 36°.
Colonche
Este es nativo de Aguascalientes, Zacatecas y San Luis Potosí. Es un licor de tuna cardona o pitahayas fermentadas al sol en una olla de barro, hasta que sus azúcares se transforman en alcohol. En su preparación, las tunas se cuecen en agua y se exprimen para obtener el jugo que se mezcla con alcohol y canela y se dejan macerar; algunas personas incorporan, en ocasiones, hojas de higo a la mezcla. Su color es rosa y su textura un tanto viscosa, sin embargo, es muy fresco y delicioso.
Xtabentún
Se trata de un licor de anís elaborado en la región de Yucatán, a partir de semillas de anís y miel fermentada producida por las abejas a partir del néctar de las flores de xtabentún. Luego se agrega ron a la mezcla de anís y miel. Suele servirse solo, frío o con hielo y miel. También se puede servir con café, como si fuera un carajillo, o con un trago de tequila y una parte igual de Xtabentún, creando una bebida llamada “café maya”.