Nahui Olin: pintora, musa, poeta y modelo libertaria de las artes mexicanas

Carmen Mondragón fue una mujer de ojos de fuego, pintora y musa de pintores, precursora del feminismo y atrevida modelo: conozcamos su biografía.

En México, durante el siglo XX brillaron pintoras de la talla de Remedios Varo, Leonora Carrington o Frida Kahlo, pero ninguna tuvo una personalidad compleja e indomable como Carmen Mondragón, conocida en el medio artístico como Nahui Olin, quien a pesar de provenir de cuna acomodada y conservadora desafió los estándares morales de su época y lo mismo fue artista y poeta que una atrevida modelo que sirvió de musa a fotógrafos y pintores de aquel entonces.

Conozcamos un poco de la vida y de la obra de Nahui Olin, quien estuvo relacionada sentimentalmente con el maestro Gerardo Murillo ‘Dr. Atl’, el cual de hecho fue quien le otorgó el mote en náhuatl con el que fue conocida para la posteridad.

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Carmen Mondragón Valseca, que era su nombre real, nació el 8 de junio de 1894 en Veracruz —otra fuentes señalan el 8 de julio de 1893 en Tacubaya, CDMX— en el seno de una familia educada en la disciplina y la severidad. Su padre fue el general Manuel Mondragón, un militar aliado de Victoriano Huerta, a quien ayudó a derrocar a Francisco I. Madero, un estigma que lo acompañó toda su vida.

 

Por el trabajo de su padre, Carmen vivió en París de los cuatro a los doce años de edad y estudió en un internado donde aprendió danza, pintura, literatura y teatro. De regreso a México, vivió los acontecimientos de la Decena Trágica, en los que su padre estuvo del lado del traidor Huerta.

En 1913, el general Mondragón se exilió con su familia y casó a la menor de sus hijas, Carmen, con el cadete Manuel Rodríguez Lozano, quien a la postre se convertiría en un extraordinario pintor comprometido con las causas sociales. En 1914, la pareja volvió a París ya casada con Rodríguez Lozano, y ahí conoció a artistas de vanguardia como Diego Rivera, Georges Braque, Henri Matisse y Pablo Picasso, quienes sembrarían en ella el germen de la actividad artística y la personalidad indomable que desarrolló a lo largo de su vida.

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De 1914 a 1921 vivió en Europa con su esposo y le pasó por episodios trágicos como la Primera Guerra Mundial, la huida a España y la muerte de su único hijo por asfixia a los pocos meses de nacido. En esos momentos, encontró en la pintura su mejor forma de expresión. Volvió a México en 1921 y entabló contacto con artistas como el pintor Diego Rivera, quien la inmortalizó en el mural La creación, donde aparece como Erato, la musa de la poesía erótica. También posó para Jean Charlot y realizó desnudos para los fotógrafos Edward Weston y Antonio Garduño, quienes no sólo capturaron la sensualidad de su figura y sus enigmáticos ojos verde

Ingresó al medio artístico y cultural mexicano al tomar clases en la antigua Academia de San Carlos, donde conoció a Gerardo Murillo ‘Dr. Atl’ y decidió abandonar a Rodríguez Lozano. El ‘Dr. Atl’ fue quien le dio el nombre de Nahui Olin, palabras en náhuatl que significan “cuatro movimiento” y que se refieren al Quinto Sol de la religión mexica, que es el que ilumina nuestros días. Esta época fue una de las más fructíferas en su carrera.

Durante más de 50 años, Carmen Mondragón creó una amplia colección de pinturas que exploraban la sensualidad femenina y el erotismo, así un amplia literaria en la que predomina el apunte autobiográfico, la poesía lírica y la indagación filosófica. 

Tras separarse de Atl, Carmen Mondragón viajó a Hollywood con la intención de convertirse en actriz, pero la ver el sometimiento con que eran tratadas las mujeres en la industria —y al darse cuenta de que lo que buscaban los productores era explotar su belleza física—, decidió rechazar el papel. Más tarde inició una relación con el capitán Eugenio Agacino, con quien realizó varios viajes; al morir éste, Mondragón se retiró de la vida pública y se enfocó en la escritura.

Expuso su obra por última vez en 1945 y después se sostuvo dando clases de pintura y recibiendo una beca del gobierno. Murió en su casa de la infancia, en Tacubaya, rodeada de gatos a los que rescataba de las calles, el 23 de enero de 1978. Su obra apenas está siendo revalorada por la crítica y el público mexicano.