Cinco Cristos monumentales que puedes visitar en México

Siendo el nuestro un país mayormente católico, no es de extrañar que abunden las figuras de Cristos monumentales: conozcamos algunos

Desde hace 500 años, en México existe un profundo arraigo católico que se ha expresado, no sólo en el fervor de sus creyentes, sino en abundantes iglesias que se erigen como auténticos monumentos arquitectónicos a la fe en Cristo. De igual modo, a lo largo de las últimas décadas los avances tecnológicos han permitido la construcción de Cristos monumentales, cuya extraordinaria talla causa asombro lo mismo entre creyentes que en los laicos.

Conozcamos algunas de estas estatuas gigantescas, las cuales muchas veces son visibles desde lejos, y que son centros de peregrinaje de miles de fieles católicos que acuden a sus pies a refrendar su fe o a hacer alguna petición a Jesús, el resucitado.

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Cristo Rey

También conocido como el Cristo de la Montaña y como Cristo Rey de la Paz, esta estatua monumental de un Cristo con los brazos extendidos se encuentra en la cima del Cerro del Cubilete, muy cerca de la ciudad de Silao, Guanajuato. A sus pies se encuentra un santuario que se encuentra entre los centros religiosos más visitados del país, y que luce una impresionante corona de espinas monumental. La escultura de bronce tiene una altura de 20.5 metros y no es el monumento original, pues éste fue dinamitado en 1928 por órdenes del entonces presidente, Plutarco Elías Calles.

Cristo Roto

Esta dramática escultura de un Cristo sin un brazo ni una pierna se encuentra en la Presa Presidente Plutarco Elías Calles, en el poblado de San José de Gracia, Aguascalientes. La leyenda dice que el Cristo original llegó en una caja, a lomo de un burro que al parecer no tenía dueño, y que cuando el sacerdote local quiso repararlo, el propio Cristo lo reprendió, instándolo a dedicarse, mejor, a sus hermanos que estaban “rotos por dentro”. La escultura mide 25 metros de altura, más tres metros de la base, y para visitar el santuario situado en un islote, es necesario tomar una lancha a la orilla de la presa. Los lugareños dicen que es un recordatorio del éxodo que sufrió el pueblo original debido a la construcción de la presa.

Cristo de Taxco

Este monumento, que con sus brazos extendidos parece ser un vigilante del Pueblo Mágico de Taxco de Alarcón, Guerrero, se encuentra en la cima del Cerro de Atachi, a las afueras de la ciudad. Su altura total es de 18 metros, correspondiendo 15 a la estatua en sí y 3 metros de base, y su construcción tuvo lugar en el año de 2002, siendo el autor el escultor Alejo Hernández. Es uno de los atractivos turísticos más visitados del lugar, junto con la Iglesia de Santa Prisca, la cual puede ser contemplada en todo su esplendor desde el mirador que se encuentra a los pies de este Cristo Taxqueño.

Cristo Rey de Los Álamos

En la ciudad fronteriza de Tijuana, Baja California, se encuentra este Cristo Monumental de color blanco, cuya Parroquia se encuentra en el interior del Fraccionamiento Los Álamos y por eso se le conoce así, aunque su nombre oficial es Cristo Rey Año 2000. Su construcción tardó dos años, de 1997 a 1999, tiene una altura de 23.3 metros, está hecho yeso, resina y fibra de vidrio, y está colocado sobre una cúpula de color azul que representa el cielo estrellado. Es considerada el segundo Cristo más grande de México, sólo detrás del Cristo Roto de Aguascalientes.

Cristo del Sagrado Corazón

El último Cristo monumental de esta lista se encuentra al norte del país, a ocho kilómetros de la ciudad de Rosarito, Baja California, en una localidad conocida como El Morro. A diferencia de muchas de estas gigantescas esculturas religiosas, este Cristo está pintado con vivos colores, y representa la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Está hecho con acero y fibra de vidrio, y tiene una altura de 23 metros sin contar la cúpula que le sirve de base, pesa 40 toneladas y fue encargada por el señor Antonio Pequeño, que quiso ser sepultado en la cima de ese cerro.