A mediados del siglo pasado, el famoso muralista Diego Rivera realizó un retrato de la actriz María Félix, el cual no fue muy del agrado de la diva del cine mexicano. Con el tiempo, “La Doña” vendió el retrato y éste pasó de mano en mano hasta, al parecer, acabar en la colección particular del cantante Juan Gabriel. Pero tras la muerte del “Divo de Juárez”, el lienzo está oficialmente perdido y nadie sabe dónde está.
Hagamos un breve recuento de la historia de este famoso retrato que desde su creación ha sido motivo de reclamos, enojos, peleas, conflictos y misterio…
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Todo empezó en el año de 1949, cuando a insistencia del pintor Diego Rivera, l hermosa actriz María Félix aceptó posar para un retrato. La razón de fondo, se dice, es que Rivera estaba enamorado perdidamente de “La Doña” y buscaba cualquie pretexto para pasar tiempo con ella. Incluso de ha llegado a comentar que le propuso matrimonio y que Frida Kahlo, estando separada de Diego, trató de convencer a la actriz de que aceptara.
María quería ser retratada vistiendo un traje de tehuana, pero Diego rechazó la idea ya que le pareció vulgar. “Entonces, él mi pintó como él quiso”, declaró después la Félix, quien cuando recibió el famoso retrato vio con enojo e incomodidad ** ** que Rivera la había inmortalizado semidesnuda, mostrando los pechos y con una bata muy ligera que dejaba muy poco a la imaginación.
Aunque había sido un regalo del pintor, la actriz se mostró muy decepcionada por el resultado y odió la pintura desde el primer momento. A Diego, en cambio, le había encantado e incluso se la pidió prestada para exhibirla en una colectiva en el Palacio de Bellas Artes, a lo que la diva se negó y por esa razón —se dice— ambos artistas temperamentales dejaron de hablarse un año.
“Muestra demasiada piel”, se quejaba la sonorense. Años después, María Félix reconoció en una entrevista con Jacobo Zabludowsky que le pidió a un albañil que cubriera parte de su desnudez con una ligera capa de pintura blanca. “Así quedó mejor”, declaró posteriormente. El autor nunca supo de este cambio.
Pasaron los años y María se casó con el banquero Alex Berger, que también aborreció el retrato. Por esa razón, le vendió el cuadro al connotado coleccionista y médico José Álvarez Amézquita, quien poseyó el lienzo durante muchos años hasta que el cantante Juan Gabriel —un devoto admirador de “La Doña”, a quien comparaba con la Virgen de Guadalupe— le ofreció comprárselo por la exorbitante cantidad de 15 millones de pesos.
Según la hija de la cantante Lucha Villa, Rossy Miller, la pintura estaba en la casa que Juan Gabriel tenía en Las Vegas y ahí fue dónde ella vio el famoso retrato de María Félix una vez que visitó al “Divo de Juárez”. Pero con la muerte de Juan Gabriel se perdió por completo la pista del lienzo. Algunos piensan que el cantante lo regaló, que fue sustraído entre otras pertenencias, que está “embodegado” o que está a la venta en el mercado negro. ¿Tú qué crees?…