Rufino Tamayo: biografía del genio pintor y muralista oaxaqueño

Tamayo fue un maestro de la plástica, del uso del color y del arte popular; conozcamos un poco de su vida y obra.

Si hablamos de arte y de pintores mexicanos del siglo XX, de inmediato la memoria evoca a Diego Rivera, a José Clemente Orozco y a David Alfaro Siqueiros; a mujeres como Frida Kahlo, María Izquierdo, Aurora Reyes o las refugiadas Remedios Varo y Leonora Carrington; o bien, a paisajistas como José María Velasco o el Dr. Atl. Pero sin duda uno de los más grandes pintores y muralistas de México nació en Oaxaca y se llamó Rufino Tamayo. ¿Conoces su biografía y sus mejores pinturas?

A continuación revisamos brevemente la vida de este oaxaqueño y algunas de sus obras que cuelgan en numerosas galerías y colecciones privadas, o que decoran los muros de museos de relieve internacional.

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Biografía breve

Rufino del Carmen Arellanes Tamayo nació en Oaxaca de Juárez, el 25 de agosto de 1899. Hijo de indígenas zapotecas, desde muy temprana edad se trasladó con su familia a la Ciudad de México, en donde estudió pintura a los dieciséis años en la Academia de Bellas Artes de San Carlos. Años después fue jefe de  Dibujo Etnográfico del Museo Nacional de Arqueología, en donde cultivó su interés por el arte prehispánico. Más tarde ejerció como profesor en la Escuela Nacional de Bellas Artes y en 1932 fue nombrado director del Departamento de Artes Plásticas de la Secretaría de Educación Pública

Entre 1952 y 1953, Tamayo pintó dos murales en el Palacio de Bellas Artes. Previamente realizó los murales El canto y la música (1933), en la entonces Escuela Nacional de Música; Revolución (1938), en el Museo Nacional de Arqueología (hoy Museo de las Culturas); y La naturaleza y el artista. La obra de arte y el espectador (1943), en la Hillyer Art Library del Smith College, en Northampton, Massachusetts.

Más tarde, Rufino promovió la creación del Museo de Arte Prehispánico de Oaxaca (1974) y del Museo Tamayo Arte Contemporáneo (1981) en el Bosque de Chapultepec, CDMX. Murió en la Ciudad de México el 24 de junio de 1991, a los noventa y un años de edad. Según críticos y estudiosos, su obra combina temáticas netamente mexicanas con estilos artísticos propios de vanguardias europeas como el cubismo y el expresionismo. 

Obras

Dualidad

Este mural mide 12 metros de largo por 4 metros de alto, y se encuentra en el vestíbulo del Museo Nacional de Antropología, en CDMX. En ella, Tamayo representa conceptualmente la cosmovisión prehispánica y el nacionalismo mexicano mediante dos imágenes: una serpiente emplumada y un jaguar, que respectivamente representan a los dioses Quetzalcóatl, que rige el día, y Tezcatlipoca, habitante de las noches y las tinieblas. El uso del color es espectacular, con rojos vibrantes y profundos azules turquesa.

México de hoy

Este mural puede admirarse en el Museo del Palacio de Bellas Artes, en CDMX. Se divide en tres secciones con los colores de la bandera y es una alegoría del mestizaje como el principio de la nación mexicana moderna: una construcción blanca que fusiona elementos europeos y mesoamericanos, una figura que arde en llamas y simboliza el fuego inextinguible del espíritu mexicano y, a la izquierda, las ruinas en color esmeralda de la civilización prehispánica.

El trovador

Tamayo quiso alejarse del movimiento muralista y, en su búsqueda de una voz universal en el arte mexicano, mostró su visión artística distintiva a través de esta obra de 1945, que muestra a un cantante tocando una guitarra. Con unas medidas de 153.4 x 127 cm, estee óleo sobre lienzo logró un gran reconocimiento mundial y obtuvo un precio récord de 7.2 millones de dólares en una subasta de Christie’s en mayo de 2008.

América

Este mural fue realizado por encargo e instalado originalmente en el Bank of the Southwest. Esta enorme pieza de 4 por 14.2 metros representa América, personificada por una mujer desnuda y envuelta de los recursos naturales del continente y de imágenes como la cruz traída por los colonizadores del Viejo Mundo. Se trata de la obra de mayor envergadura de Tamayo y desde hace 15 años se encuentra en préstamo en el Dallas Museum of Art.

Perro de luna

Esta obra también se conoce como Moon Dog y destaca por la figura central del can, en contraste con un fondo de color azul cobalto. Este lienzo corresponde a una etapa en la que Tamayo realizó varias pinturas de perros. Según los críticos, se trata de la pintura de un “perro pelón” o xoloscuintle, el cual se encuentra ladrándole a la Luna con un significado simbólico ligado a la mitología prehispánica.