En fechas cercanas al Día de Muertos, las familias mexicanas aún acostumbran pasar a visitar a “sus difuntos” en los distintos panteones y cementerios que existen a lo largo del país. Algunos de ellos tienen muchos siglos de existencia, otros son relativamente recientes y en algunos más descansan los restos de gente destacada, personajes históricos o celebridades.
Demos un paseo por algunos de los panteones mexicanos más famosos y visitados en estos días, y revisemos quiénes están —o han estado— sepultados en ellos.
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Panteón Civil de Dolores
CDMX
Es el cementerio más grande de México. Ocupa un terreno enorme entre la 2a y 3a secciones del Parque de Chapultepec, al poniente de la capital, y en su interior hay un sinfín de tumbas, esculturas, tallas, mausoleos y artefactos funerarios. La historia de este panteón inicia en 1874, cuando el Ayuntamiento de México dio la concesión a la compañía Sociedad Benfield, Brecker y Compañía para la construcción del nuevo cementerio civil en los terrenos de la Tabla de Dolores, de donde tomó su nombre.
Uno de los sitios más destacados de este Panteón Civil es la Rotonda de las Personas Ilustres —antes, de los Hombres Ilustres—, la cual fue construida en 1876 por instancias del entonces presidente, Miguel Lerdo de Tejada. En ese espacio descansan los restos de mexicanos y mexicanas destacados en la historia, las ciencias y las artes como: Rosario Castellanos, David Alfaro Siqueiros, Ángela Peralta, Jaime Nunó y Francisco González Bocanegra, Diego Rivera, el niño héroe Fernando Montes de Oca y Melchor Ocampo.
Panteón Inglés
Real del Monte, Hgo.
Al caer el dominio español, la industria minera quedó un poco sin rumbo en la zona de la montaña hidalguense hasta que distintas compañías inglesas llegaron a Real del Monte y se hicieron cargo de la explotación de las minas, trayendo consigo a migrantes ingleses —sobre todo de la zona de Cornwall— que, entre otras cosas, legaron a la cultura mexicana el futbol —en este pueblo se encuentra la cancha donde se jugó el primer partido en nuestro país—, los pastes y su propio cementerio en lo alto de una de las montañas, donde los lugareños acostumbraban hacerse sepultar viendo hacia las Ilsas Británicas.
Destaca la historia del payaso inglés Richard Bell, que fue muy exitoso a principios del siglo XX en México y que, al morir, pidió ser enterrado de forma contraria a la costumbre del lugar, “dando la espalda a Inglaterra”, como una forma de burlarse de sus compatriotas que nomás no se adaptaron al lugar y de agradecer a la tierra mexicana que lo acogió con amor y risas; sin embargo, se rumora que la verdadera tumba de Bell está en Nueva York y que el payaso no está ahí, pero esta es una de las tantas leyendas de este tenebroso panteón.
Rotonda de los Jaliscienses Ilustres
Guadalajara, Jal.
No es exactamente un panteón o un cementerio, pero podemos tomarla como tal: se trata de un momento público ubicado en una céntrica glorieta de la Perla Tapatía, en pleno Centro Histórico y rodeada por el Palacio Municipal, el Museo Regional y la Catedral. Fue construida en 1952 y ahí descansan los restos de mujeres y hombres nacidos en el estado de Jalisco.
Panteón de San Fernando
CDMX
Ubicado en el Centro Histórico de la capital, junto a la Iglesia de San Fernando, es uno de los cementerios más antiguos del país, ya que su historia se remonta a 1832, cuando inició su construcción ante la saturación de tumbas en las iglesias cercanas. Fue el más popular del siglo XIX y algún tiempo funcionó como Panteón de Hombres Ilustres: durante ese periodo, aquí fueron enterrados Ignacio Zaragoza, Miguel Lerdo de Tejada, Ignacio Comonfort y el presidente Benito Juárez, aunque después muchos de ellos fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres o a otros monumentos públicos. Actualmente, el Panteón de San Fernando es famoso porque, los fines de semana, en sus afueras se instala un nutrido tianguis de venta e intercambio de libros viejos, raros y de medio uso.
Panteón de los Queretanos Ilustres
Querétaro, Qro.
Por último, está este cementerio que tiene un gran valor histórico, pues la ciudad de Querétaro ha sido escenario de episodios decisivos de la historia de México: la conspiración que dio origen a la Independencia, el juicio y el fusilamento del emperador Maximiliano, junto con Miramón y Mejía, y la promulgación de la Constitución que nos rige. No es de extrañar, entonces, que en este Panteón estén enterrados personajes de la talla de “La Corregidora”, doña Josefa Ortiz de Domínguez, y su esposo, don Miguel Domínguez.
