Por la puerta falsa: mexicanos y mexicanas suicidas

Ya sea para evitar una agonía lenta, debido a una fuerte depresión o por una decepción amorosa, estos personajes decidieron tomar la puerta falsa…

Sin duda, una de las decisiones más terribles que puede tomar un ser humano es la de quitarse la vida por propia mano. Muchas veces, las personas que lo hacen se ven orilladas a tal determinación por penosas enfermedades que prefieren no afrontar, porque sufren de enfermedades mentales o depresiones que no fueron debidamente atendidas o, simplemente, por una decepción amorosa. Como haya sido, estos son algunos y de los mexicanos y las mexicanas que cometieron suicidio.

Entre ellos y ellas hay actores, actrices, intelectuales, cantantes y otros personajes de la vida pública, cuyas muertes conmocionaron a la sociedad de su tiempo y han sido alimento para las teorías más descabellas sobre los motivos que los llevaron a hacerlo.

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Pedro Armendáriz

(1912-1963)

En 1956, el famoso galán de los ojos verdes del Cine de Oro Mexicano actuó en la cinta The Conqueror, la cual se filmó en el desierto de Utah, muy cerca de donde el gobierno de EUA había realizado pruebas nucleares. Seguramente aún había mucha radiación, pues muchos de quienes participaron en la cinta murieron a consecuencia de ella. Así, a principios de la década de 1960 Pedro Armendáriz desarrolló cáncer de estómago, lo que le causaba grandes dolores en la cadera. 

La última cinta en que participó fue From Russia with Love (1963), al lado del espía británico James Bond, el 007. En ella, es visible cómo Pedro cojea por el dolor de la enfermedad. Se internó en el Centro Médico de la UCLA, en Los Angeles, California, donde se le informó que su condición era terminal. Así, el 18 de junio de 1963, tras introducir en secreto su pistola al hospital, se dio un balazo al no poder soportar más el dolor. Sus restos fueron traídos a México y sepultados en el Panteón Jardín.

Miroslava Stern

(1926-1955)

Si bien esta bellísima actriz era checoslovaca —había nacido en Praga y migró a nuestro país a consecuencia de la invasión nazi a su país—, gran parte de su carrera la hizo en el cine mexicano, de modo que la sentimos un poco nuestra. Quienes la conocieron decían que siempre cargó con la culpa de haber abandonado a su abuela cuando huyó de Europa y que, incluso, había intentado suicidarse de joven mientras vivía en los Estados Unidos.

A Miroslava la encontraron muerta en su habitación el 9 de marzo de 1955. Antes de eso, le había dado un par de días a su empleada doméstica para estar sola. Se dice que se le encontró en su cama, acostada de lado y sosteniendo una fotografía en la mano; ha habido numerosas teorías acerca de quién aparecía en la foto y si él o ella habían sido los causantes del suicidio. Algunos de los implicados sentimentalmente con Miroslava fueron Pedro Armendáriz, el torero español Luis Miguel Dominguín —padre del cantante Miguel Bosé—, el empresario Jorge Pasquel y hasta la actriz Ninón Sevilla. La verdad nunca se sabrá…

Antonieta Rivas Mercado

(1900-1931)

Esta mujer fue intelectual, escritora y activista a principios del siglo XX, e hija del arquitecto Antonio Rivas Mercado, autor de la Columna de la Independencia. Oficialmente, la causa de su suicidio fue la sucesión de fracasos que acumuló en su vida, incluyendo su divorcio y la derrota política de su pareja sentimental, el intelectual José Vasconcelos. 

El suicidio de Antonieta fue como de película: exiliada en París, ingresó a la catedral de Notre Dame y, frente a la imagen de la Virgen de Guadalupe, sacó la pistola que Vasconcelos siempre llevaba consigo y se disparó el 11 de febrero de 1931. Sus restos fueron sepultados en una fosa común del cementerio parisimo de Père Lachaise.

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Lucha Reyes

(1906-1944)

Antes de Lucha Villa, Lucha Reyes fue una de las cantantes pioneras en la música ranchera. Su vida estuvo marcada por la tragedia y su adicción al alcohol, el cual daba a su voz un timbre rasposo que se convirtió en su marca característica. 

En mayo de 1944, cuando su carrera estaba en pleno ascenso —e incluso con una hija de once años a su cargo—, Lucha empezó a beber de forma desenfrenada para soportar el dolor por la muerte de su marido y de su suegra. Luego de diez días encerrada, sin más compañía que unas botellas de tequila, la mañana de 24 de junio salió y le pidió a su hija que le saliera a comprarle unas medicinas. Lo que la pequeña no sospechó es que se trataba de barbitúricos que la cancionera tomó en grandes cantidades y que, haciendo reacción con el alcohol que había bebido, la llevaron a Lucha Reyes a la muerte el 25 de junio de 1944.

David Silveti

(1955-2003)

Este torero mexicano fue una de las grandes luminarias de la fiesta brava durante las décadas de 1980 y 1990. En 2002, sin embargo, sufrió un golpe en la cabeza que agravó una condición neurológica que lo obligó a dejar los ruedos en 2003. Sumado a esto, “El rey David” padecía un trastorno bipolar, por lo que el retiro obligado lo llevó a una terrible depresión. De pilón, una lesión en la columna vertebral amenazaba con dejarlo postrado por el resto de su vida.

Así, el 12 de noviembre de 2003, en la finca de su padre —el también torero Juan SIlveti—, David Silveti se suicidó de un balazo en la sien. Le sobrevive su hijo Diego, quien mantiene la tradición familiar torera ya en su cuarta generación.

Rita Macedo

(1925-1993)

Esta actriz del cine mexicano destacó durante las décadas de 1950 y 1960 en cintas como La maldición de la Llorona y El ángel exterminador. En su vida personal, Rita Macedo estuvo casada con el productor Luis de Llano Palmer, con quien procreó al también productor Luis de Llano Macedo y a la actriz Julissa; después se casó con el aristócrata Julio Palomino, de quien se divorció al poco tiempo; por último, se casó con el escritor mexicano Carlos Fuentes, con quien tuvo una hija y a quien dejó por sus continuas infidelidades.

El 5 de diciembre de 1993, sumida en la depresión y tras despedirse de sus hijos, Rita Macedo se subió a su coche y se dio un balazo en la boca, a bordo de su automóvil que estaba estacionado en su casa, en el elegante barrio de San Ángel. Al principio se intentó ocultar la verdad sobre su muerte, pero el suicidio trascendió a los medios al poco tiempo. Sus cenizas se esparcieron en algunas de sus ciudades favoritas.