Según el Gobierno de México, la idea de celebrar el Día del Padre surgió en el año 1910, encabezada por Louise Smart Dood, una mujer estadounidense que intentaba lograr el reconocimiento del papel de los padres en la sociedad. Fue hasta 1972 que se oficializó en México que el tercer domingo del mes de junio se hiciera un merecido homenaje a los padres en su día.
A continuación, te compartimos algunos poemas sobre los padres y la bendición de la paternidad, así como unas frases célebres que honran la figura paterna.
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A mi padre
Anónimo
A Dios doy gracias por ser mi padre.
Por tus reproches y consejos.
Por el bien que me enseñaste
y de mi ser siempre cuidaste.
Por ser padre bondadoso,
lleno de paz y sabiduría.
Porque amas la verdad.
Justicia y rectitud en demasía.
Por ser mi padre amado
y enseñarme la caridad.
Sentimientos nobles te cubren.
No conoces la maldad.
Caballero noble y parco,
me enseñaste a luchar.
Aspirando siempre a lo más alto
y a mis sueños no renunciar.
Por aborrecer todo lo malo.
Por tus celestiales valores.
Por guiarme de la mano
en senderos llenos de flores.
Para padres y maestros
Madre Teresa de Calcuta
Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Sin embargo…
en cada vuelo,
en cada vida,
en cada sueño,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.
Algo sobre la muerte del mayor Sabines
Jaime Sabines
(Fragmento)
Papá por treinta o por cuarenta años,
amigo de mi vida todo el tiempo,
protector de mi miedo, brazo mío,
palabra clara, corazón resuelto,
te has muerto cuando menos falta hacías,
cuando más falta me haces, padre, abuelo,
hijo y hermano mío, esponja de mi sangre,
pañuelo de mis ojos, almohada de mi sueño.
Te has muerto y me has matado un poco.
Porque no estás, ya no estaremos nunca
completos, en un sitio, de algún modo.
Algo le falta al mundo, y tú te has puesto
a empobrecerlo más, y a hacer a solas
tus gentes tristes y tu Dios contento.
Mi padre
Juan de Dios Peza
Yo tengo en el hogar un soberano
único a quien venera el alma mía;
es su corona de cabello cano,
la honra es su ley y la virtud su guía.
En lentas horas de miseria y duelo,
lleno de firme y varonil constancia,
guarda la fe con que me habló del cielo
en las horas primeras de mi infancia.
La amarga proscripción y la tristeza
en su alma abrieron incurable herida;
es un anciano, y lleva en su cabeza
el polvo del camino de la vida.
Ve del mundo las fieras tempestades,
de la suerte las horas desgraciadas,
y pasa, como Cristo el Tiberíades,
de pie sobre las horas encrespadas.
Seca su llanto, calla sus dolores,
y sólo en el deber sus ojos fijos,
recoge espinas y derrama flores
sobre la senda que trazó a sus hijos.
Me ha dicho: «A quien es bueno, la amargura
jamás en llanto sus mejillas moja:
en el mundo la flor de la ventura
al más ligero soplo se deshoja.
»Haz el bien sin temer el sacrificio,
el hombre ha de luchar sereno y fuerte,
y halla quien odia la maldad y el vicio
un tálamo de rosas en la muerte.
»Si eres pobre, confórmate y sé bueno;
si eres rico, protege al desgraciado,
y lo mismo en tu hogar que en el ajeno
guarda tu honor para vivir honrado.
»Ama la libertad, libre es el hombre
y su juez más severo es la conciencia;
tanto como tu honor guarda tu nombre,
pues mi nombre y mi honor forman tu herencia.»
Este código augusto, en mi alma pudo,
desde que lo escuché quedar grabado;
en todas las tormentas fue mi escudo,
de todas las borrascas me ha salvado.
Mi padre tiene en su mirar sereno
reflejo fiel de su conciencia honrada;
¡Cuánto consejo cariñoso y bueno
sorprendo en el fulgor de su mirada!
La nobleza del alma es su nobleza,
la gloria del deber forma su gloria;
es pobre, pero encierra su pobreza
la página más grande de su historia.
Siendo el culto de mi alma su cariño,
la suerte quiso que al honrar su nombre,
fuera el amor que me inspiró de niño
la más sagrada inspiración del hombre.
Quisiera el cielo que el canto que me inspira
siempre sus ojos con amor lo vean,
y de todos los versos de mi lira
estos dignos de su nombre sean.
Frases célebres
«Espera de tu hijo lo mismo que has hecho con tu padre».
Tales de Mileto
«Una casa es indestructible cuando está sostenida por un padre valiente, una madre prudente y un hijo obediente».
Confucio
«Ama a tus padres si son justos; si no lo son, sopórtalos».
Publilio Siro
«Muy sentida es la muerte cuando el padre queda vivo».
Séneca
«¡Cuán grande riqueza es, aun entre los pobres, el ser hijo de buen padre!»
Juan Luis Vives
«Para los hijos, los padres no han menester otro libro que la virtud puesta en las obras y es predicar a lo vivo».
Santa Teresa de Jesús
«El hacer el padre por su hijo es hacer por sí mismo».
Miguel de Cervantes
«Es un hombre sabio el que conoce a su propio hijo».
William Shakespeare
«No hay palabra ni pincel que llegue a manifestar amor de padre».
Mateo Alemán
«Un buen padre vale por cien maestros».
Jean Jacques Rousseau
«Un padre se ocupa más de diez hijos que diez hijos de un padre».
Adam Smit
«Lo que has heredado de tus padres, vuelve a ganarlo a pulso o no será tuyo». Goethe
«El sueño del héroe, es ser grande en todas partes y pequeño al lado de su padre».
Víctor Hugo
«No puedo pensar en ninguna necesidad en la infancia tan fuerte como la necesidad de la protección de un padre».
Sigmund Freud
«Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre».
Enrique Jardiel Poncela
«Un hombre que no sabe ser un buen padre no es un auténtico hombre».
Mario Puzo
«Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre».
Gabriel García Márquez