En memes y redes sociales desde hace algunos años circula la broma de decir que “Tlaxcala no existe”. Además de que denota cierto desprecio que resulta injustificado y un centralismo que no viene bien con el espíritu de fraternidad que nos caracteriza como mexicanos, hay algo que es innegable: que Tlaxcala existe, que es una de las ciudades más antiguas de México y que algunos de sus atractivos turísticos incluso han sido incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
A continuación te compartimos algunos de los sitios de mayor interés de la capital tlaxcalteca, destacando las iglesias y ex conventos de su Centro Histórico, y siguiendo por algunos museos y edificaciones de interés.
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Centro Histórico
Como buena ciudad mexicana de traza colonial, una buena manera de empezar a recorrerla es llegando al Centro Histórico, donde se pueden ver los edificios principales, que revisaremos más a detalle líneas abajo: la Plaza de la Constitución, la Catedral, el Museo Regional de Tlaxcala, el Palacio de Gobierno, la Plaza Xicoténcatl, la Parroquia de San José y los Portales, donde uno puede sentarse a desayunar, comer o tomar un café para tomar energías y seguir con el recorrido.
Basílica de Ocotlán
Se encuentra un poco retirada del Centro y hay que caminar cuesta arriba, pero la vista vale toda la pena del mundo. Su nombre completo es Santuario y Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán, palabra que se ha traducido como “ocote que arde”. Este espléndido conjunto arquitectónico consta del atrio, de unos 50 por 70 metros, bardeado con un muro de ladrillos rojos; la fachada, con su dos esbeltas torres blanqueadas de 33 metros de altura; la fachada, también blanca, que asemeja un retablo cubierto por una concha; la nave del templo, con sus hermosos retablos; el camarín, la antesacristía, las Ocho columnas de tipo salomónico y el Pocito, cuyas aguas —según los creyentes— son curativas.
Murales del Palacio de Gobierno
Regresando al primer cuadro del Centro Histórico, vale la pena dar un vistazo al Palacio de Gobierno, que en algún tiempo fue nada menos que una de las casas del conquistador Hernán Cortés, cuya construcción empezó en 1545 y que ha albergado a la Alcaldía, la Alhóndiga a las Casas Reales y al gobierno estatal.y donde se pueden admirar unos murales, en los que se narra la historia de Tlaxcala desde tiempos prehispánicos, y son obra de muralista tlaxcalteca Desiderio Hernández Xochitiotzin. Algo que que llama mucho la atención es la visión tan distinta que ofrecen de la Conquista, pues muestran a un pueblo tlaxcalteca victorioso y aliado de los españoles, sometiendo a un Imperio Mexica empequeñecido y temeroso.
Catedral de Tlaxcala
La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción forma parte del Conjunto Conventual y Catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción de Tlaxcala, el cual recientemente fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Fue conocido como Templo de San Francisco y es una de las construcciones religiosas más antiguas de México, pues data del año 1530. Cuenta con un pequeño atrio, una capilla abierta y una capilla posa —es decir, una construcción abovedada en una de las esquinas del atrio—, varias capillas internas, un sagrario y el altar principal.
Además, está el ex convento franciscano, que es visible cuando uno ingresa a la ciudad desde San Martín Texmelucan. Y, por si fuera poco, en lo que fuera el claustro del convento se encuentra el Museo Regional de Tlaxcala, que consta de cinco salas y donde existen muestras del arte y la arqueología del pueblo tlaxcalteca, así como obras de arte sacro, objetos y pinturas de la época colonial. Con todo lo anterior, ¿nos queda claro que Tlaxcala sí existe?