Durante nuestra Guerra de Independencia la participación de las mujeres fue trascendental y hasta hace poco no había sido muy reconocida. Una de las heroínas que tuve un papel importante fue la insurgente Leona Vicario, nombrada Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria. ¿Quién fue esta importante mujer, qué hizo durante su vida y por qué se le concedió ese nombramiento a nivel nacional?
A continuación te presentamos una breve biografía de esta mujer, que además de haber sido un apoyo crucial para el movimiento independentista es considerada por muchos como la primera mujer periodista de México.
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María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, que fue el nombre completo de Leona Vicario, nació el 10 de abril de 1789, en la Ciudad de México. Fue hija del comerciante español Gaspar Martín Vicario y de la criolla Camila Fernández de San Salvador y Montiel.
Leona quedó huérfana a la edad de 18 años y por ello se le confió a la tutela de su tío, el y abogado Agustín Pomposo Fernández de San Salvador. Gracias a la posición económica familiar y a los bienes que heredó de sus padres, Vicario pudo estudiar Bellas Artes y Ciencias, y desarrolló un enorme sentido crítico frente al mundo. Años después, comenzó a ejercer el periodismo en diarios como El Semanario Patriótico Americano, El Federalista y El Ilustrador Americano. En este último fue donde los insurgentes leyeron su trabajo y se pusieron en contacto con ella.
Al estallar la Guerra de Independencia en 1810, Leona Vicario se unió al movimiento. Desde la Ciudad de México, les daba información de lo que ocurría en la capital mexicana, además de ayudarles con algunos bienes para apoyar la causa libertaria. En 1813 se casó con con don Andrés Quintana Roo, pero ese mismo año fue encarcelada al descubrirse que era conspiradora y que apoyaba el movimiento de Independencia; logró escapar y se refugió en Oaxaca.
Tanto a ella como a su esposo se les ofreció abandonar el movimiento a cambio de un indulto, pero ellos se rehusaron a hacerlo y siguieron huyendo de las fuerzas realistas. Poco tiempo después, Vicario se unió a las tropas de José María Morelos y Pavón y siguió buscando la Independencia de México. En 1817, Leona dio a luz a su primera hija en una cueva ubicada en Tierra Caliente —la parte más inhóspita del estado de Guerrero—, mas poco tiempo después fue apresada junto con la recién nacida.
Una vez más, el indulto les fue ofrecido a Vicario y a Quintana Roo, pero esta vez con la condición de irse a España; en vista de las circunstancias y con una hija recién nacida de por medio, él decidió aceptar. Por cuestiones económicas, su viaje a Cádiz, España, fue pospuesto indefinidamente, quedando bajo confinamiento en la ciudad de Toluca. Finalmente, en 1820 el gobierno le otorgó el perdón, le fueron restituidos sus bienes y obtuvo la autorización para volver a su casa en la Ciudad de México.
Leona Vicario pasó el resto de su vida en la Ciudad de México, donde murió el 21 de agosto de 1842 a los 53 años de edad. El 28 de mayo de 1900 sus restos —junto con los de su esposo Andrés Quintana Roo— fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón Civil de Dolores, y en 1925 fueron llevados a la Columna de la Independencia. Su nombre está grabado con letras de oro en el Congreso del estado de Quintana Roo.
El 21 de agosto de 2019, autoridades federales y del gobierno de la Ciudad de México develaron una placa conmemorativa en el domicilio donde murió, por su 177 aniversario luctuoso .