Platillos y antojitos mexicanos para celebrar el 15 de septiembre

La Noche Mexicana es una ocasión de fiesta para el pueblo mexicano y, además del indispensable tequila, estos son algunos platillo que no pueden faltar…

Desde hace muchas décadas, la noche del 15 de septiembre —cuando celebramos el “Grito” en las plazas de las ciudades y municipios, o nos unimos al “¡Viva México!” desde nuestros hogares— se suele celebrar el inicio de la Independencia de México con una fiesta llamada Noche Mexicana, en la que además de vestirse de charro o de adelita, y escuchar música ranchera, nos agasajamos con una serie de platillos y antojitos mexicanos que resultan ideales para la ocasión.

A continuación, algunos de los más usuales para esta celebración especial. Y recuerda que, si vas a salir a celebrar o a cenar con tu familia, y piensas conducir, lo mejor es que dejes el tequilita para mejor ocasión, por la seguridad de todos.

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Tamales

Los tamales son como pequeños regalos envueltos en hojas de maíz. Dentro de ese paquetito mágico encontrarás una sorpresa de sabores: desde los que están rellenos de cerdo con salsa verde, que te harán sentir vivo, hasta los rosados tamales dulces de chocolate o de fresa que te llevarán al paraíso del postre. Hay tamales de hoja de maíz y de hoja de plátano, a los que se llama “oaxaqueños”, pero también se preparan en otros estados. Cuando están bien hechos, todos ellos son como abrazos calientes en forma de comida: suaves y jugosos, te hacen sentir que estás en casa, sin importar dónde te encuentres. Así que la próxima vez que te enfrentes a un tamal, recuerda que no es solo comida, es un abrazo culinario mexicano.

Pozole

El pozole es como la orquesta de sabores más emocionante que jamás hayas probado: en un tazón grande, se combinan maíz, carne tierna —generalmente de cerdo—, chiles  y una explosión de aderezos: cebolla picada, rábanos frescos, orégano, lechuga y chile en polvo, sin faltar las indispensables tostadas con su embarradita de crema ácida. Cada cucharada es una experiencia completa, una oda a la comida reconfortante y una celebración de la vida misma. Para muchos, el pozole —en sus variantes verde, blanco y rojo— es el platillo por excelencia para celebrar la Noche Mexicana.

Tacos

Los tacos son como obras de arte rellenas de sabor, como pequeñas fiestas en la palma de tu mano. Imagina una tortilla suave y caliente, doblada cariñosamente alrededor de la carnita asada, carnitas jugosas, chicharrón en salsa verde, carne al pastor, picadillo, cochinita pibil o cualquier otro guisado típico mexicano… ¿Verdad que se te hace agua la boca? Luego, llega la explosión de frescura con cilantro, cebolla y una variedad de salsas que despiertan tus sentidos. Y cuando el sabor de la carne o del guisado se mezcla con la salsa picante, te das cuenta de que estás viviendo la vida en su máxima expresión.

Chiles en nogada

Una auténtica obra de arte gastronómica, un homenaje a México en forma de comida. Un chile poblano se rellena de carne molida mezclada con frutas, nueces y especias, todo bañado en una suave salsa de nuez de Castilla que parece haber sido creada por un artista celestial. Luego, la granada y el perejil esparcidos por encima le dan el toque final con los colores de la bandera mexicana. Cada bocado es un viaje de sabores, una mezcla de sabores dulces y salados que te hace apreciar la riqueza culinaria de México. Los chiles en nogada no son solo un platillo: son una experiencia que te llena de orgullo por esta tierra llena de tradiciones y delicias.

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Enchiladas

Son como regalos envueltos en sabrosa salsa. Estas tortillas rellenas de pollo desmenuzado, queso o frijoles, se bañan en una salsa de chile rojo o verde que despierta tus papilas y, luego, se decoran con crema, queso y cebolla en rodajas, como si fueran pequeñas obras de arte. Las enchiladas son el plato que te hace sentir que estás en una fiesta eterna, donde cada bocado es una celebración de la vida y la comida deliciosa, aunque —junto con los chilaquiles— muchos las prefieren para la mañana siguiente, cuando parecen tener poderes curativos contra la indeseable resaca o “cruda”.

Mole

Del náhuatl mulli o ‘salsa’, el mole es un enigma culinario que te atrapa desde el primer bocado. Esta rica y compleja salsa es el resultado de una mezcla de ingredientes que incluyen varias especies de chiles seco, chocolate, almendras, cacahuates y demás condimentos. Se sirve tradicionalmente con pollo o guajolote, creando toda una elegía de sabores que te hace saborear cada capa de ingredientes. Es la auténtica obra maestra de la cocina mexicana, una mezcla de lo dulce y lo picante que te hace apreciar la riqueza de nuestra gastronomía.

Elotes y esquites

Los elotes y esquites son las estrellas de la calle en la Noche Mexicana. Los elotes son mazorcas de maíz hervidas o cocidas a la parrilla, untadas con mayonesa, queso rallado, chile en polvo y jugo de limón. Por su parte, los esquites son granos de maíz cocidos en una sopa de caldo de pollo con los mismos deliciosos condimentos. Ambos son irresistibles y se disfrutan mejor mientras paseas y disfrutas de la celebración. Son sabores auténticos de México que te hacen sentir parte de la festividad y te dejan con una sonrisa en el rostro.

​​​​Guacamole

Esta salsa de chile verde fresco —serrano, jalapeño o de árbol— es como un fiel amigo que siempre está listo para la diversión: aguacates cremosos mezclados con tomate, cebolla, cilantro, chiles y limón, todo unido en una fiesta de sabores frescos y picantes que son una verdadera explosión de alegría en cada cucharada. Además, es un dip perfecto que hace que los nachos o los totopos sean irresistibles. Es el alma de cualquier reunión y la excusa perfecta para compartir risas y conversaciones en buena compañía.

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Chalupas

Son como pequeñas delicias que te hacen sonreír: tortillitas de maíz, “pellizcadas” en las orillas para crear un pequeño borde, se bañan en salda y luego se cubren con una variedad de ingredientes deliciosos: frijoles refritos, carne desmenuzada, lechuga, crema, queso y salsa, creando un estallido de sabores en cada bocado. Las chalupas son como el aperitivo perfecto para cualquier ocasión, y su nombre proviene de las pequeñas canoas (chalupas) utilizadas para transportar alimentos en el pasado.

Sopes

Los sopes son como pequeños platillos llenos de encanto. Consisten en tortillas de maíz gruesas con los bordes pellizcados hacia arriba para formar un pequeño borde. Luego, se cubren con frijole refritos, lechuga, crema, queso y salsa, y además con guisados como tinga de pollo o de res, picadillo o papa con chorizo, creando un conjunto de sabores y texturas que te hacen querer más. Los sopes son como la combinación perfecta de lo crujiente y lo suave, lo picante y lo fresco. Cada bocado es una explosión de alegría culinaria, y son ideales para compartir con amigos y familiares en cualquier noche mexicana.

Quesadillas

Las quesadillas son como abrazos de queso en una tortilla, simples pero deliciosas. La receta clásica es: una tortilla de maíz se rellena generosamente con queso y luego se pasa por un comal hasta que el queso se derrite y la tortilla se vuelve dorada y crujiente; en el centro de México, además, puedes añadir o sustituir el queso con ingredientes champiñones, flor de calabaza o chicharrón prensado. Se sirven generalmente con salsa y crema, y son una opción popular para una cena rápida o un antojo a cualquier hora del día.

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Tostadas

Son tortillas de maíz que se fríen hasta que se vuelven crujientes y doradas, luego se cubren con una variedad de ingredientes: una cama de frijoles refritos, un guisado —tinga, picadillo o pata de res, por ejemplo—, lechuga, crema, queso rallado y salsa. Cada bocado es una explosión de sabores y texturas, con lo crujiente de la tostada contrastando con la suavidad de los ingredientes. Las tostadas son un aperitivo popular durante la Noche Mexicana, perfectas para picar mientras se celebra y comparte con amigos y familiares. Y el que deveras es mexicano, ¡se la come completa sin que se le rompa!

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