Las tortas más famosas y sabrosas de todo México

La fórmula es simple: un alimento en medio de un pan blanco; ¿cuáles son las mejores tortas mexicanas?

A diferencia de otros países, donde “torta” es sinónimo del pastel que se comparte cuando alguien cumple años, los mexicanos así le llamamos al antojito que consiste en un alimento colocado en medio de un pan blanco. Hay desde las más básicas, como la de jamón, hasta verdaderas sofisticaciones como la torta ahogada, pasando por la popularísima “guajolota” capitalina, que es una torta de tamal.

Acá van cinco de las tortas más célebres y disfrutables de todo el país, según los tragones profesionales de Toño y su mariachi. Recordemos que, como siempre pasa en un listado, ni están todas las que son ni son todas las que están.

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Guajolota

Empezamos con uno de los platillo emblemáticos de la Ciudad de México. Se trata de un tamal —que puede ser de chile verde, de mole o hasta de dulce— que se envuelve en un bolillo: así de simple. Este antojito provee de energía matutina a millones de capitalinos, que las adquieren casi en cualquier esquina o afuera de las estaciones del metro. Hay quienes gustan de añadirle salsa adicional a la torta o, bien, prepararla de “tamal dorado”, que previamente se fríe en un comal con aceite bien caliente —o, mejor con manteca de cerdo. Una delicia.

Torta ahogada

De la capital nos vamos al estado de Jalisco, en específico a su capital, Guadalajara, cuna de las famosas “tortas ahogadas”. Se elaboran con birote —una especie de baguette o de bolillo, pero de costra más dura para que no se haga papillas cuando “se ahogue”—, el cual se rellena de carnitas de cerdo y se baña con salsa o, en algunos lugares, con dos salsas: un caldillo de jitomate calientito y ligeramente picoso, y la salsa “de a deveras”, la que hace que pique en serio.

De la barda

Ahora jalemos p’al norte, hasta llegar al fronterizo estado de Tamaulipas, donde en la zona sur —principalmente en Tampico, Ciudad Madero y Altamira— se preparan estas tortas que originalmente eran de sardinas pero que hoy en día llevan: jamón, queso de puerco, chicharrón de cerdo, frijoles negros refritos, quesos amarillo y blanco, chorizo frito, carne de res deshebrada, aguacate, cebolla y rebanadas de tomate —o jitomate, como se le dice en el centro. Se les llama así porque el primer puesto colindaba con una barda que marcaba los límites de la estación de ferrocarril y los muelles de Tampico. ¿Y sabías que tienen casi cien años de edad?

Guacamaya

Si uno viaja a la ciudad de León, Guanajuato, en una de esas podrá ver triciclos acondicionados para vender “guacamayas”, uno de los platillos típicos de la región. Hablamos de tortas muy sencillas que llevan chicharrón de cerdo —también se le llama “duro”— y salsa “pico de gallo”, elaborada con jitomate, cilantro, cebolla y chile. Hay variantes en las que se le añade sal o algún otro ingrediente, como las “bautizadas” que llevan un baño de salsa de chile de árbol muy picante, y cualquiera de ellas es deliciosa.

Pambazo

¡Achis, achis, los mariachis! ¿A poco el pambazo también es torta? Pues sí, ya que cumple con el requisito de ser un platillo colocado entre una base y una tapa de pan. Para los que no lo conozcan, consiste en un pan —justamente llamado pambazo, que es más blanco y suave que una telera, y sin divisiones— que tradicionalmente se baña con una salsa roja de guajillo, se pasa por un comal para que se dore y se rellena de papas con chorizo, lechuga, crema, queso y salsa. Es un platillo nocturno y, ¿a poco no se antoja nomás de imaginárselo?…