Todos tenemos un amigo o una amiga que se la pasan imaginando que un día se harán millonarios, pero se la pasan de trabajo en trabajo; que le “pegarán al Gordo” —o sea, al Premio Mayor de la Lotería— y podrán complacer todos sus caprichos, pero ni siquiera compran el boleto; que sueñan que adelgazaran y se pondrán “como mangos” para tener a sus pies al hombre o a la mujer de sus sueños, pero se la pasan echados viendo la TV; o que su “changarro” un día será una empresa transnacional… pero ni siquiera lo atienden. A estas fantasías improbables, a estos sueños irrealizables y a estas utopías sin fundamento se les dice, en el habla popular, “sueños guajiros”. Pero, ¿de dónde viene esta expresión? ¿Quiénes son los guajiros y cuál es el origen de la frase?
Acá te contamos algunas de las versiones que circulan en diversas fuentes, así como una teoría que tenemos por aquí y qu no suena tan descabellada, después de leer todas las anteriores.
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Empecemos por el principio y veamos quién son los guajiros. Al respecto, hay dos posibles orígenes: uno, el más popular, dice que así se le llamaba a los grandes señores o a los hombres poderosos en una lengua antillana llamada arahuaco, la cual se hablaba en Cuba, y que después esta voz se usó para referirse a los campesinos, en especial a los más pobres; el otro origen se refiere al pueblo wayú, el cual habita en la Península de la Guajira, situada a orillas del Mar Caribe, principalmente en Colombia y en partes de Venezuela.
Estas dos raíces de la palabra arrojan sendos orígenes de la expresión, pues por un lado se dice que el “sueño guajiro” es una expresión cubana y se refiere a estos campesinos empobrecidos que —como en la letra de la canción “Lamento borincano”, aunque ésta es puertorriqueña— sueñan con un día vender sus cosechas o artesanías a un buen precio, y con ello salir de deudas y hacerse de los bienes necesarios… lo cual nunca sucede.
Al respecto, hay una etimología —esto es, un estudio del probable origen de las palabras a partir de otras lenguas— muy popular de guajiro, que dice que es una deformación de la expresión inglesa war hero o “héroe de guerra”, la cual se habría popularizado durante la guerra hispano-estadounidense en Cuba, en 1895, refiriéndose a los campesinos que peleaban por la independencia de isla contra el ejército español. Sin embargo, numerosos estudiosos han demostrado que la palabra es mucho más antigua y que aparece en canciones y versos desde mediados del siglo XIX.
El otro origen es más complicado, pero también tiene buenos argumentos: volviendo a Colombia y al pueblo de los wayú o wayuu —los cuales aparecen retratados como habitantes de Macondo en la célebre novela Cien años de soledad, del colombiano Gabriel García Márquez—, se sabe que estos indígenas arahuacos tienen una gran legado de medicina tradicional, así como chamanes y brujos llamados outsu, los cuales practican sanaciones, curas naturales y otras prácticas para la salud física, mental y espiritual. Esta medicina tradicional se basa en el uso de las plantas y animales espirituales, en el contacto con los espíritus, en el uso de las energías y, claro está, en la interpretación de los sueños.
Para el outsu, el sueño es de suma importancia, pues se relaciona con el mundo espiritual y es el mecanismo a través del cual los espíritus tienen contacto con nosotros, advirtiendo a las interpretadoras lo malo o y lo bueno que está por venir, y es así que los outsus ayudan a sanar el cuerpo y el alma. Cada sueño tiene un significado y depende de la sabiduría de la anciana interpretarlo. ¿Será éste, entonces, el significado de la expresión “sueño guajiro”? ¿Una ensoñación que busca adivinar, vaticinar, pronosticar o augurar el futuro?
Como casi siempre sucede, es muy difícil determinar el origen preciso de una expresión, pues incluso a veces hablamos de orígenes diversos que confluyeron en un lugar y en un momento determinados. Como haya sido, ya en el siglo XX esta frase tuvo un uso popular cuando, estando en México planeando la Revolución Cubana, Fidel Castro soñaba y hablaba de una “Cuba libre” —del país, libre del capitalismo yanqui, no de la bebida con ron y refresco de cola—, y la gente le contestaba: “Son sólo sueños guajiros, Fidel”; de igual modo, hay una canción del inmortal Agustín Lara titulada justamente así y que habla de una “morena linda que inspiró este son, guajira que robó mi corazón”…