Aunque mucha gente piensa que era español, en realidad este escritor y dramaturgo nació en lo que hoy es México —entonces la Nueva España—, en el pueblo de Taxco, Guerrero. Sus obras de teatro estaban a la altura de las mejores del Siglo de Oro español, y se siguen representando hasta hoy, siendo uno de los mejores representantes de la literatura de nuestro país en los siglos XVI y XVII, incluso antes de la afamada Sor Juana Inés de la Cruz. Nos referimos a Juan Ruiz de Alarcón, en cuyo honor el mencionado Pueblo Mágico de llama Taxco de Alarcón.
Conozcamos un poco de la vida y de las obras de este ilustre escritor mexicano, que con su obra de teatro La verdad sospechosa puso en alto las letras que es escribían en castellano de este lado del Océano Atlántico.
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Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza nació el 2 de octubre de 1581 en el pueblo de Taxco, actual estado de Guerrero. Aunque él mismo afirmaba haber nacido en la Ciudad de México, los documentos y los estudios sobre su vida apuntan a que era natural de ese hermoso pueblo minero. Poco se sabe sobre su vida temprana, y a pesar de que corrían rumores de una supuesta ascendencia judía o mora —la cual era mal vista en aquellos tiempos de marcado catolicismo—, es muy probable que viniera de una familia acomodada con raíces en España y avecindada en el recientemente formado Virreinato de la Nueva España.
A finales del siglo XVI estudió el bachillerato en la Real y Pontificia Universidad de México —que muchos consideran un antecedente de la UNAM—, y en 1600 partió a Salamanca para estudiar Derecho en la afamada universidad de aquella ciudad española. Seis años después, partió hacia Sevilla para profundizar en sus estudios, y ahí conoció a Miguel Cervantes de Saavedra —el autor de la obra cumbre de la lengua española, Don Quijote de la Mancha—, quien influyó en su obra literaria. Desde entonces, Juan Ruiz de Alarcón empezaba a destacar como dramaturgo.
En 1607 regresó a la Nueva España y gracias a su amistad con el virrey Luis de Velasco y Castilla, ascendió socialmente y ocupó cargos dentro de la burocracia. Al partir Velasco hacia España, Ruiz de Alarcón regresó a la “Madre Patria”, y ahí produjo lo mejor de su producción literaria. Sin embargo, por su aspecto físico —era jorobado— y, sobre todo, por su origen americano, no fue aceptado en los círculos literarios españoles, haciéndose enemigo de los escritores Lope de Vega, Francisco de Quevedo y Luis de Góngora, quienes lo ridiculizaban en sus escritos.
Tras ocupar varios puestos burocráticos gracias a su amistad con nobles, como Ramiro Núñez Felípez de Guzmán y Guzmán, quien era yerno del conde-duque de Olivares, favorito y primer ministro del rey español Felipe IV, Juan Ruiz ocupó varios puestos políticos y vio favorecida su posición económica. Sin embargo, a mediados de 1639 su salud empezó a deteriorarse y murió el 4 de agosto de ese año en la ciudad de Madrid.
Acerca de sus obras, estas eran básicamente “comedias de carácter”; es decir, obras teatrales con toques cómicos y de sátira, pero con un lenguaje pulido y temas más o menos elevados, como el honor y la nobleza. Abundan también las comedias de enredos, en las que una confusión o un equívoco conducen a situaciones de risa que terminan resolviéndose favorablemente y, casi siempre, con una moraleja que acaba castigando a los malos y mentirosos, y premiando a los buenos de corazón. Entre ellas destacan: Las paredes oyen, El semejante a sí mismo, Los empeños de un engaño, La verdad castigada, Los pechos privilegiados, Quien mal anda mal acaba y No hay mal que por bien no venga —títulos que se convirtieron en un refranes populares.
Mención aparte merece su obra cumbre, La verdad sospechosa, considerada por los estudiosos como una de las más relevantes en la literatura de la lengua española. Se le considera una obra con tintes morales, pues condena la mentira y traza un primer acercamiento al fenómeno de la mitomanía —es decir, el trastorno psicológico o el hábito de mentir de forma compulsiva y exagerada—. Todas estas obras forman parte del repertorio de muchas compañías de teatro mexicanas, y se representan cada año en el marco de las Jornadas Alarconianas, un festival de teatro que se celebra en la ciudad de Taxco, Guerrero, en honor a Juan Ruiz de Alarcón, nacido en esa hermosa localidad platera.