¿Conoces la historia de los cacahuates japoneses, eso que vienen con una especie de cascarita salada que a muchos les encanta y que otros tantos detestan? Quizá te sorprenda saber que en origen fueron creados por un migrante japonés en la década de 1940, quien además fue padre de un famoso cantante de baladas ochenteras. Aquí te contamos los detalles.
Y es que hoy están tan asimilados por la cultura mexicana que se venden por miles en tiendas de conveniencia, misceláneas, supermercados, en puesto callejeros y hasta de manos de vendedores ambulantes, además de ser una botana infaltable en bares, cantinas y hasta en fiestas familiares o con amigos.
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Todo empezó en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, cuando un joven migrante japonés de nombre Yoshihei Nakatani Moriguchi trabajaba en una fábrica de botones de concha nácar que era propiedad de un coterráneo suyo. Grande fue su sorpresa cuando perdió su fuente de trabajo a causa de un cierre decretado por el gobierno mexicano; ¿la razón?, que Heijiro Kato, dueño de ese negocio y de un gran almacén que competía con El Palacio de Hierro y El Puerto de Liverpool, fue acusado de ser espía del Imperio Japonés, lo cual era muy serio en esos tiempos de guerra.
Así, Nakatani se vio en la necesidad de buscar fuentes alternativas de ingresos para él y para la familia que había formado al lado de una mujer mexicana de nombre Emma, con quien vivía en el popular barrio de La Merced. La primera idea que tuvo fue la de vender muéganos, después creó otra botana a la que llamó como unos peces japoneses, y finalmente se decidió unos cacahuates tipo mamekashi, los cuales originalmente se recubrían con una pasta hecha con salsa de soya, cacahuate molido y harina de arroz, ingrediente que como no encontró en México sustituyó con harina de trigo.
Muy pronto, en la calle de Carretones se vieron grandes filas de personas que se amontonaban para adquirir los “cacahuates japoneses”, como los empezó a llamar la gente y que a la postre sería la forma en que se conocerían en nuestro país. Así, la familia Nakatani completa se dedicaba a la fabricación y venta de esta botana: los hijos atendían el negocio mientras los padres salían a los comercios en busca de más clientes. Incluso fue la cuarta hija del matrimonio, de nombre Elvia, quien dibujó la geisha que decoraba las envolturas de celofán en las que se vendían los deliciosos cacahuates.
Así fue como nació la marca Nipón, que gozó de gran fama durante las décadas siguientes… hasta que llegó la competencia de fábricas que, como Nakatani no había patentado su invención, copiaron la receta para llevarse parte del éxito de la invención del nipón. Como dato curioso, Yoshihei Nakatani Moriguchi y su esposa Emma Ávila fueron padres del cantante Yoshio, cuyo nombre real era Gustavo Nakatani Ávila y que, por desgracia, murió en mayo de 2020 debido a complicaciones por covid-19. ¿Qué tal?…