Una cascada es una caída de agua natural desde cierta altura, causada por un desnivel de su cauce. Y como México tiene un territorio con numerosas elevaciones y los cruzan abundantes ríos, es común que existan cascadas de alturas espectaculares, tremendamente caudalosas o que dan un espectáculo soberbio. ¿Cuáles son las cascadas mexicanas más altas, las más famosas y donde puedes hacer turismo de aventura?
A continuación, revisamos algunas de las cascadas más altas del país, así como otras que no tienen tantos metros de elevación pero son famosas por su belleza, por la cantidad de agua o por algún otro rasgo que las distingue.
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Piedra Volada
La Cascada de Piedra Volada, en el estado de Chihuahua, es oficialmente la más alta de México con sus 453 metros de caída de agua, aunque es de temporal —es decir, que depende de la época de lluvias—. Se encuentra en el límite sur del Parque Nacional Cascada de Basaseachi, otra de las más altas del territorio nacional, con sus 246 metros de caída libre, que es la cascada permanente más alta de México.
Tulimán
Esta es una famosa caída de agua que se encuentra a las afueras el Pueblo Mágico de Zacatlán de las Manzanas, en la Sierra Norte de Puebla. Diversas fuentes hablan de que tiene entre 270 y 350 metros de altura, en un total de tres caídas de agua, siendo el primero de ellos el Salto de Quetzalapa.
Tamul
Esta belleza natural de aguas color turquesa es considerada “la joya de las cascadas potosinas”; está localizada en el municipio de Aquismón, en la región de la Huasteca de San Luis Potosí. Su impresionante caída tiene 105 metros de altura y, en época de lluvias, alcanza a dibujar una cortina ¡de casi 300 metros de ancho!
El Chuvejé
Este espectáculo de la naturaleza se encuentra en la Sierra Gorda de Querétaro, en plena Sierra Gorda, cerca del poblado de Pinal de Amoles. Tiene casi 30 metros de altura, es una de las cascadas más bellas del estado y un lugar ideal para acampar, hacer un día de campo o relajarse y disfrutar del paisaje.
Agua Azul
Ubicadas en el estado de Chiapas, en los municipios de Tumbalá y Chilón, sin duda son unas de las cascadas más hermosas del país. Se forman gracias a los afluentes de los ríos Otulún, Shumuljá y Tulijá, que forman cañones no muy profundos con acantilados verticales que dan origen a sus cascadas blanquiazules.
Cola de Caballo
Uno de los orgullos de Nuevo León, esta famosa cascada se encuentra en el Pueblo Mágico de Villa de Santiago, a unos 30 kilómetros de Monterrey. Aunque es de muy baja altura —unos 25 metros—, es famosa belleza y su peculiar forma.
Salto de Eyipantla
Esta cascada se ubica en el municipio de San Andrés Tuxtla, en Veracruz. La caída de agua no es tan alta, con sus 50 metros de de altura, pero es muy ancha: tiene 40 metros de ancho. La cascada está alimentada por el Río Grande del poblado de Catemaco y la eyipantla proviene del náhuatl: eli, ‘tres’; pantli, ‘barranco’ y tla, ‘niña’, pudiendo traducirse como “salto de tres chorros”.