Todos los mexicanos sabemos que, la madrugada del 16 de septiembre de 1810, el cura Miguel Hidalgo y Costilla dio “El Grito” en el poblado de Dolores para así llamar al pueblo de México a luchar por su Independencia. Pero, ¿cuál es el origen del “Grito de Dolores” que cada 15 de septiembre da el Presidente de la República para recordar esta página de la historia?
Examinemos juntos el recorrido a través del tiempo desde aquella madrugada de 1810 hasta hoy, cuando el Presidente en turno da “El Grito” desde el balcón presidencial de Palacio Nacional para iniciar la Fiesta Patria más importante del año.
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Aunque no existe ningún documento o registro escrito del hecho, la historia consigna que, sabiendo que la llamada “Conspiración de Querétaro” que buscaba la Independencia de México había sido denunciada, el cura Miguel Hidalgo tomó la decisión de, en plena madrugada del 16 de septiembre de 1810, hacer sonar la campana de la Parroquia de Dolores —actualmente Dolores Hidalgo, en el estado de Guanajuato— para llamar a las armas al pueblo en contra del “mal gobierno”. A tal hecho histórico se le llama el “Grito de Dolores”.
Once años después, el 27 de septiembre de 1821, gracias a la alianza de Vicente Guerrero y de Agustín de Iturbide, el Ejército Trigarante entró triunfante a la Ciudad de México y poco después se declaró la Independencia de la entonces Nueva España, para dar fin así al Virreinato y empezar la época del México independiente.
Sin embargo, la primera celebración de “El Grito” tuvo lugar el 16 de septiembre de 1812 en la población de Huichapan, Hidalgo, y estuvo a cargo del general insurgente Ignacio López Rayón, quien había sido secretario de Hidalgo y, a la muerte de éste, tomó temporalmente el mando del movimiento de insurrección. En esa ocasión, se hicieron sonar las campanas y se rememoró el hecho con descargas de artillería.
Después de ello, el general José María Morelos y Pavón propuso la idea de “solemnizar la celebración del Grito de Dolores” por su valor simbólico, lo cual fue ratificado en 1814 en la Constitución de Apatzingán. Fue hasta 1825 y con Guadalupe Victoria como presidente, sin embargo, que el 16 de septiembre tuvo el carácter de fiesta nacional, pidiéndole a la población que decorara e iluminara sus hogares “con cortinas, flámulas y gallardetes”, costumbre que permanece hasta hoy.
Resulta irónico que la fiesta más mexicana de todas como la conocemos hoy haya sido oficializada por un extranjero: el entonces emperador de México, Maximiliano de Habsburgo, quien en 1864 se trasladó hasta Dolores y, desde la ventana de la Casa de Hidalgo, dio el famoso Grito de Dolores.
Existe el rumor de que el presidente Porfirio Díaz cambió la celebración de la Independencia del 16 al 15 de septiembre, para que así coincidiera con su cumpleaños, pero diversos historiadores han desmentido esta versión argumentando que desde que López Rayón dio el primer Grito de Dolores lo hizo la noche del 15 de septiembre.
Actualmente, la ceremonia toma lugar en el balcón presidencial de Palacio Nacional, donde el Presidente en turno sale, con bandera en mano, a recordar a “los héroes que nos dieron Patria, libertad de Independencia”, mencionando por sus nombres a Hidalgo, Morelos, Allende y otros próceres de la Patria; luego de gritar algunas otras consignas, el Grito culmina con un “¡Viva México!” que se corea tres veces.