Ubicado en Madrid, la capital de lo que fuera el Imperio Español, se encuentra el Museo del Prado, el cual durante sus más de doscientos años de existencia ha acumulado una importante colección de pinturas y obras artísticas, tanto de autores españoles como de otras nacionalidades, las cuales vale la pena conocer aunque sea de modo virtual. Por eso aquí te hablamos un poco de la historia del museo y te decimos cuáles son sus obras más importantes.
Actualmente, y tras un par de años de pandemia, el Museo del Prado sigue siendo una de las instituciones culturales y artísticas más visitadas del mundo. Conozcámoslo un poco…
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El Museo
El edificio que alberga actualmente al Museo Nacional del Prado —que es su nombre oficial— fue concebido inicialmente a finales del siglo XVIII por José Moñino y Redondo, conde de Floridablanca y primer secretario de Estado del rey Carlos III, como un sitio destinado a convertirse en el Real Gabinete de Historia Natural. Para la construcción del inmueble, el monarca español confió el proyecto a uno de sus arquitectos favoritos, Juan de Villanueva, cuyo proyecto inicial de pinacoteca fue aprobado por Carlos III en 1786, año en que empezaron también los trabajos de edificación.
Las obras continuaron durante el reinado de Carlos IV y se prolongaron hasta inicios del siglo XIX, pero la invasión de las tropas francesas y la Guerra de Independencia de España hicieron mella en el proyecto, pues el edificio fue destinado a servir como cuartel de caballería y algunos de los herrajes con los que estaba provisto terminaron siendo fundidos para convertirse en balas de artillería. Fue por interés del siguiente monarca, el rey Fernando VII, que en 1818 se reanudaron las obras, se restauró el edificio que había quedado casi en ruinas y, finalmente, el 19 de noviembre de 1819 se inauguró discretamente el Museo Real de Pinturas, que fue la denominación inicial de la institución.
Como sucede con el Museo del Louvre, en París, o la Galería de los Uffizi, en Florencia, el Museo del Prado debe su origen a la afición coleccionista de las dinastías gobernantes en España a lo largo de varios siglos. En nuestros días, el Museo es gobernado por un director, quien es asistido por el Real Patronato del Museo. Se calcula que el número de visitantes anuales supera pr mucho al millón de personas.
La Colección
El inventario de bienes artísticos comprendía, en febrero de 2017, más de 35 000 objetos y obras de arte, que se desglosan en: 8045 pinturas, 9561 dibujos, 5973 estampas, 971 esculturas —además de 154 fragmentos—, 1189 piezas de artes decorativas, 38 armas y armaduras, 2155 medallas y monedas, además de unas 15 000 fotografías. Al visitarlo, el Museo se puede dividir en cuatro secciones: Pintura, con cinco subdivisiones; Dibujos, estampas y fotografía; Escultura y Artes Decorativas. La sección de pintura se divide en: pintura española, la más representada, y pinturas italiana, flamenca, alemana, francesa, británica, neerlandesa y de otras escuelas.
Hablando de pintura española, el museo cuenta con más de 5 mil piezas que trazan la historia del arte plástico en la península, desde el siglo XII hasta los primeros años del siglo XX. Entre sus obras, destacan Las Meninas de Diego Velázquez, La Inmaculada Concepción de Bartolomé Murillo, El caballero de la mano en el pecho y La Anunciación, de El Greco, La maja desnuda y Los fusilamientos de Francisco de Goya; también destacan obras de Pedro Berruguete, Francisco Zurbarán, José de Ribera y Juan de Zurbarán.
Pasando a la pintura italiana, sobresalen El tránsito de la Virgen de Andrea Mantegna, obras de Antonello da Messina y de Fra Angelico, como La Anunciación; lienzos de Rafael Sanzio tan relevantes como La Virgen del pez o La sagrada familia con San Juan; La gloria de Tiziano, obras de Tintoretto y de Veronés, así como David vencedor de Goliat, de Caravaggio —abajo de este párrafo—; cerrando con obras de Giambattista Tiepolo. De la escuela francesa destaca la obra de Jacques-Louis David, de Inglaterra debemos mencionar a Thomas Lawrence, de la escuela alemana no podemos dejar de mencionar a Alberto Durero, con sus pinturas y grabados, y a Lucas Cranach ‘el Viejo’.
Mención aparte merecen la escuela flamenca —que recibe su nombre de la región de Flandes, actualmente dividida entre Bélgica y Holanda—, y la escuela neerlandesa, asentada en lo que hoy se conoce como Holanda o los Países Bajos. En estas importantes escuelas de pintura, destacan nombres de la relevancia histórica de Hieronymus Bosch, conocido como El Bosco, con su emblemático Jardín de las Delicias, una de las joyas del Museo; la Adoración de los Magos, de Thomas Memling; El descendimiento de la cruz, de Roger van der Weyden, así como varias obras de Jan van Eyck; El triunfo de la muerte, de Pieter Brueghel ‘el Viejo’, e importantes lienzos de Peter Paul Rubens. Con respecto a la pintura holandesa, destacan algunos bodegones y paisajes, así como una obra importante de Rembrandt: Judith en el banquete de Holofernes.
Otras obras que hay que destacar son los numerosos dibujos y grabados de artistas desde el siglo XVI hasta el siglo XIX; fotografías de múltiples autores y etapas de la historia; notables esculturas, algunas con más de dos mil años de antigüedad y provenientes de la Grecia y la Roma clásicas, y un sinfín de objetos decorativos y de artes aplicadas. Existe, además, un proyecto conocido como “El Prado disperso”, a través del cual se ha hecho llegar a distintas sedes fuera de Madrid obras pertenecientes a la colección ral.
El Museo Nacional del Prado se encuentra en Paseo del Prado s/n, Madrid, España. Está abierto del lunes a sábado de 10:00 a 20:00 horas, domingos y días festivos de 10:00 a 19:00 horas, permaneciendo cerrado los días 25 de diciembre, 1 de enero y 1 de mayo, con reducción de horario en Nochebuena, en Noche Vieja y en Día de Reyes. El costo de la entrada general es de 15 euros. Si deseas explorar su colección de forma virtual, puedes dar clic aquí.