Según la sabiduría popular del pueblo mexicano, cuando un hombre —aunque no se descarta que le suceda a las mujeres también— se enamora profundamente y de golpe, no duerme bien ni puede dejar de pensar en la mujer amada, se dice que puede que le “hayan dado toloache” o que está “entoloachado”, haciendo referencia a una planta que, según se dice, tiene propiedades herbolarias capaces de hacer que una persona se enamore de otra. Pero, ¿qué tan cierto que con toloache puede elaborarse una ‘pócima de amor’? Y, sobre todo, ¿hay riesgos o peligros al beberla?
Por acá te contamos todo acerca de esta planta, en torno a la cual se cuentan muchas leyendas y que en otros países se conoce como “trompeta de ángel”, “cardo cuco” o “chamico”.
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El nombre científico del toloache es Datura ferox, y los biólogos dicen que es una planta herbácea de la familia de las solanáceas. Sus hojas son semi ovaladas, con una punta o ápice bien definido y nervadura central, y da flores alargadas normalmente de color blanco; sus frutos son una especie de cápsulas espinosas del tamaño aproximado de una pelota de golf, las cuales contienen muchas semillas que germinan con las primeras lluvias del verano. Se dice que entre sus usos está que tiene la capacidad de reducir el mareo…
Para más allá de su morfología y lo que se dice en la botánica sobre esta planta, lo que nos interesa son los usos del toloache dentro de la herbolaria, la magia y la medicina tradicional, pues durante siglos ha tenido fama de poseer cualidades que la hacen adecuada para elaborar “filtros de amor” o “pócimas de amor”, las cuales al ser ingeridas provocan que la persona desarrolle una intensa emoción de amor y pasión por aquella que se la ofreció. ¿Qué tan cierto es esto?
La razón por la que se cree que el toloache sirve para elaborar fórmulas para “sorberle el seso” a alguien y que quede perdidamente enamorado o enamorada de ti, provienen del hecho de que la Datura ferox contiene una sustancia llamada escopolamina, la cual es un alcaloide que, en dosis bajas, tiene produce un efecto sedante: relaja y genera un estado similar al atolondramiento que tradicionalmente asociamos con quien está “locamente” enamorado.
Sin embargo, investigadores del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav) advierten que la escopolamina es potencialmente tóxica, y que en altas concentraciones puede resultar dañino e incluso mortal, pues al preparar brebajes con sus hojas o semillas, “causa privación del juicio, visiones, delirios y, en determinados casos, la muerte”. El riesgo es aún mayor porque, a decir de los expertos, en una planta de toloache puede haber más escopolamina en comparación con otra, lo que hace más difícil el “calcular” la dosis adecuada para lograr el efecto de relajación o de “enamoramiento”.
Por esa razón, lo mejor es no caer en este tipo de creencias y enamorar de la manera tradicional: invitando a tomar un café o un helado, siendo amables, divertidos y galantes, y confiando más en el poder de nuestra personalidad y en nuestra simpatía e inteligencia, en lugar de poner nuestras esperanzas en una pócima que, lejos de enamorar, puede dejar atolondrado al objeto de nuestras querencias, incluso de forma irreversible y permanente. Y nadie quiere eso, ¿o sí?…