Desde los antiquísimos tiempos de la Biblia se hablaba de torres míticas, como la torre de Babel, donde supuestamente se dividieron las lenguas y la gente dejó de entenderse entre sí. También en el ajedrez hay torres, lo mismo que en las principales del mundo. Hoy en día, las más altas e imponentes de ellas son edificios llamados rascacielos, pero ¿cuáles son las torres más famosas del mundo?
Hagamos un breve recorrido por el tiempo y el espacio, para conocer algunas de las edificaciones que han resistido algunas guerras, violentos terremotos y, sobre todo, la acción devastadora del paso de los siglos.
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Torre Eiffel
Esta torre es uno de los monumentos más visitados y fotografiados por turistas de todo el mundo. Se encuentra en París, en un jardín llamado Champ de Mars. Fue construido entre 1887 y 1889, y se inauguró como una atracción principal de la Feria Mundial de ese año. Diseñada por el ingeniero francés Gustave Eiffel —se pronuncia “efel”, no “ifel”—, tiene una altura total de 330 metros, y desde sus altos miradores es posible contemplar la capital francesa en todo su esplendor.
Torre de Pisa
Sin duda, es una de las torres más famosas del mundo debido a la notoria inclinación que presenta. Se ubica en la ciudad de Pisa, en Italia, y es la torre campanario de la Catedral de Pisa. Tiene una altura aproximada de 56 metros, que pueden subirse mediante una escalinata con cerca de 300 escalones. La torre empezó a inclinarse desde su construcción, en el siglo XII, debido a que el suelo era demasiado blando para soportar la estructura. Su diseñador fue el arquitecto Bonanno Pisano y un episodio notable de la historia dice que el físico Galileo Galilei realizó en esta torre inclinada uno de sus más famosos experimentos, en los que dejó caer dos balas de cañón de tamaño distinto para demostrar los efectos de la gravedad.
Empire State
Este rascacielos neoyorquino es, sin lugar a dudas, uno de los edificios más célebres del mundo, pues incluso ha sido protagonista de películas, tanto románticas como de gorilas gigantes o de invasión extraterrestre. Ubicado en la isla de Manhattan, este emblemática torre fue diseñada por el despacho de arquitectos Shreve, Lamb & Harkon, y se construyó entre 1930 y 1931. Tiene una altura total de 443 metros, considerando su famosa antena, divididos entre sus 102 pisos. Su estilo arquitectónico se ubica dentro del Art Déco, y es uno de los puntos de observación más concurridos en la ‘Gran Manzana’. Por si fuera poco, está considerado uno de las Siete Maravillas del Mundo Moderno por la Asociación Internacional de Ingenieros Civiles.
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Torres Petronas
Ante la caída del famoso World Trade Center de Nueva York en 2001, este par de enormes rascacielos se ganó el apodo de las “Torres Gemelas”. Se ubican en la ciudad de Kuala Lumpur, capital de Malasia, y tienen una altura de 452 metros, lo que las convierte en las torres gemelas más altas del mundo y, de hecho, ostentaron la categoría de los edificios más altos hasta 2004. Su creador fue el arquitecto bangladés Fazlur Rahman Kahn, quien se especializó en el diseño de edificios tubulares de gran altura. Por la belleza de su diseño y su espectacular tamaño, han aparecido en varias películas… a veces, incluso, siendo destruidas por invasores extraterrestres.
El Big Ben
La última torre de este breve conteo tiene fama de ser la más puntual del planeta, pues es la torre-reloj del Palacio de Westminster, uno de los edificios históricos más importantes de la ciudad de Londres, Inglaterra. De hecho, ‘Big Ben’ es el apodo de la campana solamente, pero el mote de ha extendido para incluir también al reloj y a la torre misma; actualmente, tiene el nombre de Torre Elizabeth, en honor a los 60 años de reinado de la soberana Isabel II. Concluida en el año de 1859, su diseño se acredita a Augustus Pugin y tiene una altura de 96 metros. El origen del apodo de esta famosa torre es objeto de debate, pues hay quienes aseguran que alude a sir Benjamin Hall, quien supervisó la construcción, o bien al campeón de boxeo Benjamin Caunt; como sea, señala con precisión cada hora en un país que históricamente se distingue por su puntualidad.