El 5 de mayo es una fecha en la que los mexicanos la Batalla de Puebla de 1862, en la que el general Ignacio Zaragoza enfrentó y derrotó al que entonces era considerado el ejército más poderoso del mundo: el de los franceses, durante la Segunda Intervención de ese país. Por esa razón, aquí te contamos brevemente su biografía y algunos datos curiosos de este héroe.
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Ignacio Zaragoza Seguin nació el 24 de marzo de 1829 en Bahía del Espíritu Santo, hoy Goliad, Texas, cuando el territorio aún pertenecía a México. Su familia se trasladó a Matamoros y después a Monterrey tras la independencia de Texas en 1836. Aunque inicialmente estudió para sacerdote, más tarde ingresó al Colegio Militar de Monterrey, aunque no concluyó sus estudios ahí. Su vocación por la política y la vida militar lo llevó a unirse al ejército liberal durante el periodo de inestabilidad política que marcó la primera mitad del siglo XIX en México.
Durante la dictadura de Santa Anna, Zaragoza participó activamente en la Revolución de Ayutla (1854–1855), que logró derrocar al dictador. Fue un firme defensor del proyecto liberal encabezado por Benito Juárez y combatió durante la Guerra de Reforma (1857–1861), conflicto entre liberales y conservadores por el rumbo político y religioso del país. En este periodo, Zaragoza se destacó por su participación en diversas campañas y fue ascendiendo en el escalafón militar. En 1861 fue nombrado Ministro de Guerra y Marina, aunque renunció al poco tiempo para tomar el mando del Ejército de Oriente.
A inicios de 1862, el gobierno de Juárez enfrentó la intervención militar de Francia, que bajo el pretexto de reclamar deudas pendientes buscaba establecer un imperio en México con Maximiliano de Habsburgo como emperador. El 5 de mayo de ese año, Zaragoza dirigió la defensa de Puebla frente al avance de las fuerzas francesas comandadas por Charles Ferdinand Latrille, conde de Lorencez. Aunque los franceses eran más experimentados y mejor armados, las tropas mexicanas lograron contenerlos y derrotarlos en una batalla que tuvo gran resonancia internacional.
El triunfo en Puebla no detuvo definitivamente la intervención francesa, pero tuvo un efecto estratégico y político importante. Mostró que el ejército mexicano era capaz de enfrentar a una potencia europea y permitió ganar tiempo al gobierno republicano para reorganizarse. La victoria también debilitó la imagen de invencibilidad del ejército francés en ese momento.
Después de la batalla, Zaragoza continuó reorganizando al Ejército de Oriente para enfrentar futuras ofensivas francesas. Sin embargo, mientras se encontraba en campaña, contrajo tifus, enfermedad que se propagaba fácilmente entre las tropas por las malas condiciones sanitarias. Murió el 8 de septiembre de 1862 en Puebla, a los 33 años. Su muerte fue una pérdida significativa para el gobierno de Juárez, que reconocía en él a uno de sus más capaces generales.
A pesar de su corta carrera militar, Ignacio Zaragoza fue una figura clave en la defensa de la soberanía nacional durante la Segunda Intervención Francesa. Su papel en la Batalla de Puebla le valió un lugar destacado en la historia de México, y su legado ha sido conmemorado desde entonces en nombres de ciudades, instituciones y en la celebración anual del 5 de mayo.