Dos de las fechas más importantes dentro del calendario cívico de México son el 16 de septiembre, cuando festejamos el inicio de la Guerra de Independencia, y el 20 de noviembre, que marca un aniversario más de la Revolución Mexicana. Pero, exactamente, ¿por qué se eligió esa fecha para conmemorar dicha lucha armada? ¿Hubo algún hecho histórico relevante, como el “Grito” de Miguel Hidalgo con el que convocó a la lucha de los insurgentes contra el gobierno realista de la Nueva España?
Aquí te contamos lo que dicen historiadores, estudiosos y el Gobierno de México acerca de esta fecha tan importante, a pesar de que desde hace varios años no se celebra en el día exacto, sino el lunes o el viernes más próximos para que podamos disfrutar de un “fin de semana largo”.
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Desde que somos niños y niñas, y acudimos a la escuela primaria, en las clases de Historia memorizamos fechas y datos importantes en la vida nacional de México, además de que son días de descanso obligatorio y eso permite que permanezcan en nuestras memorias. De igual forma, en las ceremonias cívicas de los lunes, entre los “honores a la Bandera” y el Himno Nacional, algunos nos disfrazamos de Hidalgo, de Morelos o de “La Corregidora”, o bien de Madero, de Villa y de Zapata, con enormes sombreros y bigotes retorcidos, y las niñas de “Adelitas”, para recordar estas luchas armadas que nos dieron Patria y libertad.
Y, sin duda, uno de los días más importantes dentro del calendario cívico y las efemérides de México es el 20 de noviembre, cuando se celebra el Aniversario o el Inicio e la Revolución Mexicana. Y quizás te sorprenda saber que ese día no hubo un “Grito”, ni una batalla importante y prácticamente no sucedió nada relevante que podamos contar. Entonces, ¿por qué se eligió esa fecha para celebrar la primera de las revoluciones sociales del siglo XX?
Para entenderlo, hay que tener un poco de contexto. Recordarás que, para el año 1910, el presidente Porfirio Díaz había permanecido en el poder durante más de 30 años mediante elecciones fraudulentas o eliminando y encarcelando a sus rivales políticos. En ese año, el “apóstol de la democracia”, Francisco I. Madero, lanzó su candidatura contra Díaz y realizó la primera campaña política de nuestra historia, visitando casi todo el país, con lo que ganó mucha popularidad.
Al ver un rival de cuidado en Madero, el presidente Díaz mandó encarcelarlo en Monterrey el 7 de junio de 1910, bajo el cargo de “conato de rebelión” y con el pretexto de que alteraba el orden. Las elecciones se llevaron a cabo mientras Madero estaba preso, lo que resultó en un nuevo triunfo de Porfirio Díaz. A finales del mes, Madero fue trasladado a San Luis Potosí, donde fue puesto en libertad condicional. Aunque denunció y documentó el fraude electoral, y pidió la anulación de la elección, pero su reclamo no fue atendido.
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Ante ello, Madero huyó de San Luis Potosí y se dirigió a San Antonio, Texas, desde donde publicó su famoso Plan de San Luis el el 5 de octubre de 1910. En dicho documento desconocía al gobierno de Porfirio Díaz, declaraba nulas las elecciones y señalaba que la vía de las urnas ya no era el camino para sustituir a Díaz, por lo que convocaba a la rebelión por las armas para hacer valer los derechos democráticos del pueblo mexicano.
El día y la hora que fijó Madero para el inicio de la Revolución fue las 6 de la tarde del 20 de noviembre de 1910, prometiendo convocar a un nuevo proceso electoral toda vez que terminara la rebelión. Así, aunque los primeros levantamientos armados en el norte del país no dieron inicio ese día, terminada la lucha armada la fecha histórica se celebró en 1928 con una carrera de relevos, y en 1936 obtuvo carácter nacional y oficial a través de un decreto del Senado que expone que dicho desfile “ refleja la voluntad pacifista y conciliadora del pueblo”.
Es por esa razón que, año con año, en este evento conocido como “Desfile deportivo del 20 de noviembre” participan contingentes deportivos de todos los rincones del país, en contraste con el desfile militar del 16 de septiembre.
