Es una especie de tapete hecho de hoja de palma trenzada y tiene tanto arraigo y tradición en nuestro país que incluso existen expresiones populares que incluyen su nombre. Por eso, en esta ocasión te hablaremos de la historia del petate, que tiene su origen en tiempos prehispánicos.
Hoy en día, aunque ya casi ha caído en el desuso, muchos artesanos siguen produciéndolos incluso en una variedad de colores y con funciones más decorativas que prácticas. Pero comencemos por el principio…
TE RECOMENDAMOS: Madera de Olinalá: fragante y colorida artesanía del estado de Guerrero.
La palabra petate proviene de la lengua náhuatl que hablaban los antiguos mexicas y otros pueblos, y originalmente se le decía petátl a esta estera o tapete hecho con fibras u hojas de palma trenzadas. Pueden tener cualquier medida, pero por lo regular se trenzan en forma cuadrada o rectangular y en un tamaño suficiente para que una persona adulta quepa acostado en ella.
En su origen, el petate era usado para dormir; en lugares muy calurosos, la gente los tiende al aire libre durante las noches para dormir ahí, y en el día los guardan enrollándolos y recargándolos en alguna pared.
En tiempos previos a la Conquista, el petate era símbolo de poder, pues se tendían y servían como base para los tronos de los antiguos soberanos mesoamericanos. Con el tiempo, se convirtió en un accesorio para los hogares de clase humilde.
El petate está profundamente arraigado a la cultura mexicana y al folclor de ciertos pueblos originarios. Además de su función como cama, también tiene otras funciones: es el lugar donde las mujeres dan a luz y donde, también, se arrodillan para moler reverencialmente el maíz; se le considera también el sitio para los sueños, donde los recién casados reciben la bendición matrimonial y, por último, también se puede usar como mortaja para envolver un cadáver.
En el pasado el vendedor de petates era vital en las pequeñas poblaciones, rancherías e incluso ciudades. Estas esteras eran usados a manera de camas por tradición y por su bajo costo. La primera foto es de 1912, mientras que la segunda es mucho más antigua, de 1860! #México pic.twitter.com/EO8iPnjIR6
— Tlatoani_Cuauhtemoc (@Cuauhtemoc_1521) July 2, 2020
Es por esta multitud de funciones que el petate aparece en algunas expresiones populares. Por ejemplo, si alguien “se petateó” quiere decir que simplemente que se murió, pues antiguamente a los muertos se les envolvía en petates a modo de mortaja; “llamarada de petate” se refiere a algo que, aunque puede ser muy aparatoso y promete ser algo muy grande, termina siendo de muy corta duración —por ejemplo un romance—; cuando “huele a petate quemado” es que alguien está fumando marihuana, y si alguien está “liando el petate” quiere decir que está en preparativos para mudarse.
Como también cumplía con todas las funciones de cama, también hay expresiones con una connotación más adulta y un tanto machista, como aquella que habla de las mujeres que son “buenas p’al petate, pero malas p’al metate”, o cuando uno afirma que “De esas pulgas no brincan en mi petate”, refiriéndose a que uno es selectivo a la hora de elegir pareja o con quien involucrarse sentimentalmente. Por último, está la expresión “espantar con el petate del muerto”, que alude a la gente que pretende infundir miedo con pocos argumentos para lograrlo.