Hay que reconocerlo: una gran parte de la comida mexicana, aunque es deliciosa, está lejos de ser saludable y nutritiva. Pero entre las muchas cosas fritas y abundantes de grasa, el pan blanco, o bien, las que son extremadamente dulces y malas para la salud —y ni hablar de la vitamina T, que incluye tacos, tortas y tostadas—, el pozole destaca porque, a pesar de lo que puedas pensar, es un alimento nutritivo, ¿te has preguntado por qué?
Resulta que si analizamos uno por uno los ingredientes que componen este delicioso platillo, ya sea el típico rojo o el verde, conocido como “estilo Guerrero”, son ricos en nutrientes por lo que, si se come con moderación, no entra en la categoría de “comida chatarra”.
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Hace un par de años, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) declaró al pozole como un alimento saludable, pues contiene los todos los nutrientes necesarios a la hora de la comida. ¿Quieres saber cuáles son?
Empecemos con la carne de cerdo o de pollo: ésta es una excelente fuente de proteína animal, y ha quedado demostrado que es injusto que se le considere poco saludable, supuestamente porque es muy grasosa; además, es fuente de potasio, magnesio, zinc y vitamina A. Su otro ingrediente principal, el maíz cacahuazintle, es fuente de hierro, potasio y magnesio, minerales que nos ayudan a la correcta oxigenación de los órganos, y también aporta carbohidratos que nos dan energía.
Luego vienen los aderezos: el limón es una gran fuente de vitamina C, que ayuda a evitar gripes y resfriados; el rábano tiene abundante yodo, es digestivo y diurético; la lechuga proporciona fibra y ayuda al corazón, pues contiene flavonoides; además está el orégano, que ayuda a la digestión.
Si le pones una aguacate, estarás aportando “grasas buenas” a tu organismo. La cebolla, lo sabemos bien, contiene vitaminas y minerales, además de ácido fólico. Como ves, una porción “decente” de pozole proporciona a tu organismo todo lo que necesita. Entonces, ¿por qué se dice que engorda?
Todo tiene que ver con las cantidades, pues siendo honestos pocos somos los mexicanos que nos comemos sólo un plato. Además, está el hecho de que solemos acompañarlo con tostadas —que son tortillas abundantes en carbohidratos y, de pilón fritas—, las cuales encima de todo remojamos en crema, que tiene muchísima grasa.
Así las cosas, el secreto para que no te caiga mal ni termines con una panza tremenda es la moderación, ¿cómo ves?…
