En pleno siglo XXI y con electrodomésticos tan sofisticados que casi hacen el trabajo completo, uno de los instrumentos de cocina que los mexicanos nos negamos a jubilar es el infaltable molcajete. Este mortero hecho de piedra volcánica se usa en nuestro país desde tiempos prehispánicos y en él se pueden elaborar salsas, sobre todo, y otras preparaciones que por efecto de los minerales de la piedra adquieren un sabor exquisito.
Revisemos aquí cuál es el origen y la historia del molcajete, así como la importancia que tiene dentro de la cocina tradicional mexicana, la cual sigue valiéndose de cucharas y molinos de madera, metates, molcajetes y tejolotes para adquirir su sello característico.
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En una publicación del Gobierno de México se dice que los instrumentos de molienda como el molcajete y el metate aparecieron entre los años 7000 y 5000 a.C. en la región que hoy conocemos como Mesoamérica, que va desde el Bajío hasta el sureste mexicano. Sobre el origen de la palabra, existen varias versiones: investigadores del INAH afirman que molcajete procede de las voces del náhuatl mollicaxtli y temolcaxitl que significan “cajete para la salsa” o “cajete de piedra para el mole”, refiriéndose a una cazuela sin orejas o a un mortero.
Por otro lado, el Diccionario de le Lengua Española de la RAE afirma que la voz deriva de molcázitl, que se traduciría como escudilla o plato hondo, y el Diccionario del náhuatl en el español de México dice que la palabra molcajete proviene de molcáxitl, de molli, ‘guisado o salsa’, y cáxitl, que derivaría en ‘cajete, escudilla’.
Entrando en materia, el molcajete es un mortero de piedra con tres patas cortas, en cuyo cuenco se muelen chiles, tomates, ajos, cebollas, hierbas y especias para obtener salsas. Un muñón de piedra, conocido también como texolotl, tejolote, “mano” o “pilón” sirve para machacar los ingredientes. Como ya dijimos, la piedra porosa o volcánica con que está hecho otorga cierto sabor mineral a las salsas; razón por la que es de los utensilios más socorridos de toda la gastronomía mexicana.
La piedra con la que están elaborados los molcajetes tiene un origen volcánico y proviene de un sitio único: en su mayoría, las piedras para elaborar esta artesanía provienen de las minas localizadas en San Lucas Evangelista, municipio de Tlajomulco de Zúñiga, en Jalisco. Y vale la pena resaltar que su diseño, técnica de elaboración y uso prácticamente no han variado en más de tres mil años.
El molcajete está tan arraigado en la cocina y la cultura popular mexicana que hay una variedad de frases coloquiales que la incluyen. Por ejemplo, “colgarse hasta el molcajete”, que es una forma exagerada de señalar el arreglo y los adornos excesivos de una persona, sobre todo una mujer; o “como tejolote en molcajete”, que se refiere a las personas inquietas que no dejan de moverse, que dan vueltas en la cama o el asiento, o bien, a aquellas que “nomás están moliendo”.
Y ahora, para que no te quedes con las ganas de saber cómo se usa, aquí te dejamos una receta para preparar una riquísima salsa martajada de molcajete. ¡Buen provecho!