¿Qué presidentes y ex presidentes de Estados Unidos han sufrido atentados?

El reciente atentado contra la vida del presidente Donald Trump, del que salió casi ileso, nos lleva a recordar estas páginas negras de la historia estadounidense...

El pasado jueves 13 de julio de 2024, el ex presidente de los Estados Unidos y virtual candidato republicano a la presidencia para el periodo 2024-2028, Donald Trump, sufrió un atentado contra su vida durante un mitín político en la población de Butler, Pensilvania, del que resultó casi ileso y apenas con un rozón en la oreja derecha. Este hecho condenable nos hacer recordar a Ronald Reagan, que también sufrió un atentado y sobrevivió, y a otros mandatarios como Lincoln o Kennedy, que murieron asesinados. Pero, ¿cuáles presidentes y ex presidentes estadounidenses han sufrido atentados a lo largo de la historia?

Son varios y aquí te los decimos todos, desde Abraham Lincoln hasta Donald Trump. Algunos vivieron para contarlos y otros, lamentablemente, murieron en el lugar de los hechos o días después, a consecuencia de las heridas.

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Abraham Lincoln

El 14 de abril de 1865, mientras disfrutaba de una función en el Teatro Ford, ubicado en Washington D.C., acompañado por su esposa, el presidente Lincoln fue agredido por el confederado John Wilkes Booth, quien secretamente se coló en el teatro y logró escabullirse al balcón presidencial, donde le disparó en la cabeza al mandatario, quien fue llevado al hospital en estado de coma y falleció al día siguiente, en la madrugada del 15 de abril.

Días después, Booth —que había logrado escapar— fue localizado y rodeado por la policía, quien lo abatió el 26 de abril de 1865.

James A. Garfield

El presidente Garfield había asumido la presidencia el 4 de marzo de 1881, venciendo al republicano Hancock, quien era favorito en la elección. Sin embargo, un hombre cercano a él de nombre Charles J. Guiteau, quien se sentía decepcionado porque Garfield no le había asignado un puesto importante, atentó contra su vida el 2 de julio de 1881 en la célebre estación de trenes de Baltimore y Potomac, también conocida como Estación Pensilvania, en Washington D.C.

La herida de bala de Garfield no fue fatal en el momento, pero fue muy mal tratada y se infectó, causando la muerte del presidente el 19 de septiembre de 1881.

William McKinley

Durante los primeros meses de su segundo periodo presidencial, el 6 de septiembre de 1901, McKinley visitó un centro de espectáculos en la ciudad de Buffalo, New York, conocido como el Temple of Music. Ahí lo esperaba el anarquista Leon F. Czolgosz, quien el día anterior había intentado acercarse al mandatario con la intención de asesinarlo pero no vio clara la oportunidad; esa segunda vez, alcanzó a dispararle en dos ocasiones antes de ser detenido.

McKinley sobrevivió al atentado, pero los médicos no lograron extraer al segunda bala, misma que causó una gangrena que acabó causándole la muerte el 14 de septiembre de 1901. Su asesino fue juzgado, condenado a muerte y ejecutado en la silla eléctrica unos días después, el 29 de octubre.

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Theodore Roosevelt

Tras la muerte de McKinley, el vicepresidente Theodore Roosevelt asumió el cargo de mandatario el mismo 14 de septiembre de 1901 y sirvió en la presidencia durante dos periodos, hasta el 4 de marzo de 1909. A principios de 1912 se rumoraba una candidatura suya para un tercer periodo, pero el 14 de octubre de 1912, estando en un auto abierto frente al Hotel Gilpatrick de la ciudad de Milwaukee, sufrió un atentado perpetrado por un enloquecido migrante alemán llamado John Schrank, el cual alcanzó a disparar contra Roosevelt antes de ser detenido. Después declararía que el fantasma de McKinley le había ordenado el asesinato.

Para fortuna del ex presidente, la bala fue a estrellarse con la funda metálica de los anteojos de Theodore Roosevelt y contra un fajo de hojas que contenía el discurso que pronunciaría ese día, por lo que no alcanzó a penetrar en los pulmones y se alojó en el músculo pectoral de su pecho, donde permaneció el resto de su vida. Increíble, ¿no?

John F. Kennedy

Quizá el magnicidio más famoso de todos los tiempos, que incluso motivó una película donde se expone la teoría del asesino solitario y de una “bala mágica” que atravesó a varias personas y dio varios giros antes de impactar contra el cráneo del mandatario. Todo sucedió el 22 de noviembre de 1963, en la ciudad de Dallas, cuando el presidente Kennedy, su esposa Jackie, el gobernador de Texas, John Connally y la esposa de éste, Nellie, viajaban en un auto descapotable en la Plaza Dealy de la ciudad texana.

Kennedy recibió al menos dos heridas de bala: una que atravesó su pecho y pulmones, y salió por su garganta; y la herida fatal en su cabeza, que arrancó partes de su cráneo y del cerebro, que quedaron salpicadas en la escena del crimen. El único “asesino solitario” acusado por el asesinato fue el ex soldado Lee Harvey Oswald, quien fue detenido; pero dos días después también fue asesinado por un hombre llamado Jack Ruby. Hasta hoy no existe una explicación convincente para todos estos hechos.

Ronald Reagan

El 30 de mayo de 1981, John Hinckley Jr. disparó contra el presidente Ronald Reagan a las afueras del Hotel Hilton de Washington. Al parecer Hinckley estaba obsesionado con Jodie Foster y el atentado fue su manera de llamar la atención de la actriz. El mandatario recibió un balazo de revólver que le rompió el antebrazo, perforó su costado, fracturó una costilla y penetró el pulmón, causando una seria hemorragia. Reagan llegó al hospital al borde de la muerte, pero fue rápidamente estabilizado y se le practicó una intervención que le salvó la vida y le permitió seguir en el puesto durante dos periodos, hasta 1989.

Donald Trump

Por último, el pasado sábado 13 de julio de 2024, en un evento de campaña en la localidad de Butler, Pensilvania, el ex presidente Donald Trump sufrió un atentado con arma larga del que resultó con un rozón en la oreja derecha. De acuerdo con los avances más recientes de la investigación, el atacante fue abatido e identificado como Thomas Matthew Crook, de 20 años de edad. Algunos piensan que con este hecho Trump prácticamente se ha echado la elección en la bolsa para un segundo periodo presidencial, por lo que muchos no descartan que se haya tratado de un montaje. Pero nadie podrá negar que la foto es icónica y pasará a la historia como una de las imágenes que definen la mitad de la década del 2020…