Desde hace varias décadas, el Ballet Folklórico de México fundado por Amalia Hernández es una compañía de danza que todos los años presenta lo mejor de los bailes regionales mexicanos en escenarios como el Auditorio Nacional o el Teatro del Palacio de Bellas Artes, y en numerosas ocasiones nos ha representado en el extranjero en eventos internacionales como los Juegos Panamericanos.
Conozcamos un poco sobre la vida y la biografía de esta coreógrafa mexicana, y cómo fue el que camino que tuvo que recorrer para darle vida a la que es hoy la más importante compañía de danza regional en el país.
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Amalia Hernández Navarro fue una coreógrafa y bailarina mexicana, especializada en danzas folclóricas. Nació el 19 de septiembre de 1917 en la Ciudad de México y falleció a la edad de 80 años, el 4 de noviembre de 2000. Fue hija del político Lamberto Hernández, quien durante la década de 1930 fungió como Jefe del Departamento del Distrito Federal. Amalia inició su formación como maestra en la Escuela Normal, pero al poco tiempo abandonó esos estudios debido a su inclinación por la danza.
En 1934, ingresó a la Escuela Nacional de Danza fundada apenas dos años antes por Nellie Campobello. Años más tarde estudió en la Academia de la Danza Mexicana, fundada en 1947 como parte del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Cinco años más tarde, en 1952, decide fundar su propia compañía de danza; con toda la experiencia adquirida como profesora, bailarina y coreógrafa, creó un pequeño taller dancístico con apenas ocho integrantes que se llamaba Ballet Moderno de México, el cual hacía pequeñas presentaciones en la colonia Roma de la CDMX y que fue la raíz del Ballet Folklórico.
La gran oportunidad se le presentó a Amalia cuando Emilio Azcárraga Vidaurreta, fundador de Telesistema Mexicano —más tarde, Televisa—, le ofreció presentaciones semanales en el programa de televisión Función de Gala. Así fue que planeó, ensayó y se presentó 67 programas que tuvieron un gran éxito, con una plantilla de bailarines que subió hasta 20 integrantes, contando a la propia Amalia. Fue entonces que llamó la atención del Departamento de Turismo mexicano, que invitó a Hernández a llevar estas danzas a otras partes del continente.
Así, el Ballet visitó Cuba, Canadá y los Estados Unidos. En 1959, fue la compañía encargada del número de ballet que representaría a México en los Juegos Panamericanos de la ciudad de Chicago. Después de ello, se organizó una gira con casi 50 elementos, a raíz de la cual el grupo cambió su nombre a Ballet Folklórico de México, el cual llamó la atención del entonces presidente, Adolfo López Mateos, el cual apoyó a la compañía y se empeñó en convertirla en “el mejor ballet del mundo”.
Actualmente, el Ballet Folklórico de México tiene un gran número de presentaciones en los principales escenarios del país, y es un grupo permanente en el Teatro del Palacio de Bellas Artes. Por sus grandes aportaciones a la danza mexicana y por mostrarlas como un tesoro ante el público extranjero, Amalia Hernández recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el año 2000, en la rama de Bellas Artes. En el centenario de su nacimiento, Google le dedicó su doodle del 19 de septiembre de 2017… lástima que a la una de la tarde sucedió un terremoto.