Cada 15 de septiembre, el presidente de México da desde su balcón central el famoso “Grito” de independencia y observa los fuegos artificiales, al día siguiente, en el mismo lugar presencia el desfile militar. Es actualmente, además, la casa presidencial y desde que nuestro país era un virreinato podría considerarse el corazón político de México. Hablamos del Palacio Nacional, un edificio cuya historia vale la pena contar.
Hagamos un breve recorrido en el tiempo y conozcamos su origen e historia, algunos de sus hechos más relevantes y sus espacios más emblemáticos.
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La historia del Palacio Nacional de México se remonta al siglo XVI, poco después de la caída de México-Tenochtitlan. Su construcción inició en 1522, sobre las ruinas del palacio de Moctezuma Xocoyotzin, tlatoani mexica, que estaba a un costado del Templo Mayor y era conocido como las Casas Nuevas de Moctezuma. El nuevo Palacio, en aquel entonces, tenía como propósito ser la residencia del conquistador Hernán Cortés; sin embargo, se ocupó como morada para los virreyes que llegaban desde España.
Un gran incendio destruyó gran parte del complejo en 1692 y el Palacio fue reconstruido durante las siguientes décadas. Desde entonces, el Palacio Nacional se consideraba el corazón político de la Nueva España, papel que se ratificó cuando se consumó la Independencia de México, pues se convirtió en sede de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y se mantuvo así a pesar de los muchos cambios de régimen del siglo XIX entre republicanos, monárquicos y conservadores.
En las habitaciones del Palacio Nacional han vivido y trabajado desde los virreyes novohispanos, el emperador Agustín I y hasta presidentes. Actualmente es la sede del Poder Ejecutivo del Gobierno Federal mexicano, ocupa una superficie 40 mil metros cuadrados y además fue considerado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 1987. Aquí se recibe a jefes de Estado y gobiernos extranjeros y se llevan a cabo las festividades oficiales del Grito de Dolores.
Durante los cinco siglos de su historia, el estilo arquitectónico de Palacio Nacional ha sido modificado y ampliado muchas veces. Contiene elementos neoclásicos, barrocos y neocoloniales, y su apariencia actual es el resultado de un trabajo importante en la década de 1920, cuando se agregó un tercer nivel. Además, los murales de Diego Rivera son magníficos ejemplos de arte que es posible visitar en su interior.
Hoy en día, el recinto alberga también a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y está abierto al público para visitar los murales de Rivera, sus impresionantes jardines, dos museos, las escalinatas, los fondos históricos y otros espacios, tales como;
Patio Central
El patio más amplio dentro de Palacio Nacional. Data del siglo XVIII y en él podemos encontrar la Fuente de Pegaso, con una base ochavada de mármol y una figura en su cima que hace referencia al mítico caballo alado que nació de la sangre de Medusa. Esta pieza es una cereza en el pastel de la ornamentación del edificio.
Recinto Parlamentario
Es un majestuoso salón neoclásico que durante gran parte del siglo XIX albergó a la Cámara de Diputados. Tiene una planta semicircular y el 22 de agosto de 1872 se incendió accidentalmente, siendo reconstruido cien años después como parte de las conmemoraciones del aniversario luctuoso de Benito Juárez. En sus muros están los nombres de los constituyentes de la Carta Magna de 1857.
Recinto Homenaje a Benito Juárez
Es un museo de sitio creado para rendir homenaje al Benemérito de las Américas, el cual se encuentra en los espacios de Palacio Nacional donde Juárez hacia el final de su vida. Exhibe de forma permanente una colección de pinturas, medallas e insignias de Benito Juárez., y además tiene una biblioteca especializada en el siglo XIX.
Museo Histórico de Palacio Nacional
Las voces, rostros, utensilios y ropajes, exhibidos en este recinto, se convierten en emisarios del pasado y nos permiten apreciar y entender que Palacio Nacional es un patrimonio vivo, ejemplo de conservación y adaptación a paso del tiempo.
Áreas de presidencia
Dentro de Palacio Nacional hay multitud de salones, entre los que se cuentan: el Salón de la Tesorería, donde el presidente López Obrador acostumbra dar sus conferencias de prensa “mañaneras”; el Salón de Embajadores, los salones Azul, Morado y Verde, el Salón de Acuerdos, el Salón Juárez, el Salón de Acuerdos, el Comedor, el Antecomedor y la Biblioteca Presidenciales, y desde luego el Despacho Presidencial.