Códices prehispánicos y coloniales: herencia gráfica del pasado

¿Sabías que la mayor parte de los códices que aún existen se elaboraron después de la Conquista? Conozcamos algunos de los más famosos

Para estudiar y analizar nuestro pasado prehispánico, además de las evidencias físicas como esqueletos, objetos y restos de edificaciones, los historiadores y arqueólogos a menudo consultan los numerosos códices que aún sobreviven y que dan cuenta de la historia, la vida cotidiana, las costumbres, la religión y otros aspectos de los pueblos precolombinos de México, tales como los mexicas y los mayas. Para sorpresa de muchos, la mayoría de ellos no fueron elaborados sino hasta después de la Conquista.

A continuación te ofrecemos una breve revisión al tema de los códices, cuáles son los más famosos y útiles, donde se encuentran, quiénes los hicieron y qué es lo que se puede encontrar en ellos.

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La palabra códice deriva del latín codex, codicis, que significa ‘libro manuscrito’, y en el contexto del estudio de los pueblos y las culturas del México prehispánico se refiere a una serie de documentos escritos y pictóricos que, supuestamente, son copias fieles de documentos perdidos que provendrían de la época anterior a la Conquista. En náhuatl se les conocía como amoxtli, y desde épocas muy antiguas en ellos se plasmaban los avances culturales y científicos, las creencias religiosas, los ritos y ceremonias, las genealogías y alianzas de los gobernantes, los conocimientos geográficos, el sistema económico y las cronologías de hechos.

Aunque los códices más famosos son los del pueblo mexica, también se han encontrado códices hechos por los pueblos mayas, mixtecos, zapotecos, otomís y purépechas. Dichos documentos escritos se siguieron produciendo hasta el siglo XVII, y siguen siendo una rica fuente de conocimientos para estudiar nuestro pasado. A continuación, una breve revisión a algunos de los códices prehispánicos más famosos.

Códice Borbónico

Este códice es uno de los más importantes para estudiar la cultura mexica. Se le llama también Codex Borbonicus por el Palacio Borbón en París, Francia, y está resguardado en la Biblioteca de la Asamblea Nacional, que justo se encuentra en ese edificio. Está elaborado en papel amate, plegado en forma de acordeón, y sus hojas miden aproximadamente 40 centímetros por lado. En él se representaban el calendario mexica, así como las deidades y rituales asociados, y está dividido en dos secciones principales, la primera que contiene el calendario de 260 días, y la segunda muestra los ritos asociados con cada una de las 18 ceremonias anuales.

Una sección de menor tamaño muestra a la pareja primordial de la religión mexica —Oxomoco y Cipactónal—, y a Quetzalcóatl con Tezcatlipoca, dioses todos relacionados con el tiempo y el calendario. Otra sección menor contiene un ciclo de 52 años, incompleto por la pérdida de las páginas originales.

Códice Mendocino

También conocido como Códice Mendoza o Codex Mendoza, es un códice de manufactura mexica, elaborado por escribas o tlacuilos en 1540 en papel europeo; recibe ese nombre porque fue encargado por el primer virrey de la Nueva España, Antonio de Mendoza, quien lo envió al emperador Carlos V. Actualmente se encuentra en la Biblioteca Bodleiliana de la Universidad de Oxford, en Londres, Inglaterra, aunque ya no se exhibe al público en vista de su delicado estado.

El Códice Mendocino consta de 71 hojas organizadas en forma de biombo y está dividido en tres partes: en la primera, se enlistan los gobernantes mexicas y sus conquistas desde 1325 a 1521; la segunda, por su parte, enumera los reinos sometidos al poderío mexica y sus tributos; y en la tercera se dibujaron aspectos de la vida cotidiana de los mexicas. Cabe destacar que una de las primeras representaciones de nuestro actual escudo nacional, que recupera el mito de la fundación de Tenochtitlan, proviene justamente de este importante códice.

Códice Boturini

El Codex Boturini también es conocido como la Tira de la Peregrinación, pues es una descripción en forma horizontal y alargada de la migración mexica desde la mítica y sagrada ciudad de Aztlán hasta la llegada al Valle de México, donde fundaron su ciudad capital: Mexico-Tenochtitlan. Consta de 21 láminas de papel amate recubiertas de estuco, y se presume que es una copia del original que habría sido elaborado en tiempos anteriores a la Conquista. Este códice sí se encuentra en México, pues es parte del patrimonio resguardado en el Museo Nacional de Antropología.

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Códice Florentino

También se le conoce como _Historia general de las cosas de Nueva Españ_a. Este códice fue encargado a Fray Bernardino de Sahagún en 1558, y en él está vertida gran parte de la historia y cultura del México prehispánico, sobre todo del pueblo mexica. Está dividido en doce libros que contienen información sobre las deidades y fiestas, astrología, agüeros, filosofía y retórica, historia de algunos señores y sus formas de gobierno, costumbres, flora y fauna y, finalmente, episodios de la Conquista de México. Se encuentra en la Biblioteca Ludenciana de Florencia, Italia, aunque hay una copia fiel que se resguarda en México, la cual fue elaborada por Francisco del Paso y Troncoso en 1905.

Códice Durán

Su nombre es el de Historia de las Indias de Nueva España es Islas de Tierra Firme, y es un códice novohispano elaborado después de la Conquista de México. Actualmente forma parte de la colección de la Biblioteca Nacional de España, y recibe su nombre en honor al fraile dominico Diego Durán, quien se encargó de su elaboración en 1581. Este códice comprende la historia de los mexicas, desde su salida de Chicomóztoc —que sería el lugar de origen o un sitio de paso de la migración desde la mítica ciudad de Aztlán— hasta su derrota a manos de los conquistadores españoles, enfocándose en la grandeza y la ruina de la ciudad de México-Tenochtitlan.

Códice Dresde

También llamado Códice de Dresde o Dresden Codex, a diferencia de todos los anteriores éste fue elaborado por el pueblo maya entre los siglos XI y XII de nuestra era, y se cree que el original es aún anterior a esa época. Recibe su nombre porque se encuentra en la Biblioteca del Estado Sajón, en la ciudad de Dresde, Alemania, y consta de 39 hojas, con escritura en ambos lados, teniendo una longitud total de 3.56 metros. El estudio de este códice ha sido de vital importancia para la comprensión de los glifos mayas, incluyendo los numerales. Es uno de los tres códices mayas que se consideran auténticos, y aunque su lugar de resguardo fue alcanzado por las bombas durante la II Guerra Mundial, fue meticulosamente restaurado.

Códice Nuttall

Por último, hablemos de este códice —también conocido como Códice Tonindeye o Zouche-Nuttall—, que proviene de la cultura mixteca, la cual se desarrolló en el actual estado de Oaxaca, y es probable que date del siglo XIV de nuestra era. Es uno de los únicos seis códices mexicanos que anteceden a la Conquista de México y que aún existen. Está conformado por 16 piezas de piel de venado unidas por los extremos, para formar una larga tira de 11.4 metros de largo. En él se describen hechos históricos, alianzas políticas y militares, así como la genealogía de algunos gobernantes mixtecos. Actualmente se encuentra en el Museo Británico de Londres, Inglaterra.