¿Cómo se llamaban los dioses de la lluvia en el México prehispánico?

Ahora que la mitad del país está en llamas y sufriendo una terrible sequía, sepamos a qué dioses hay que rogar para que haya lluvias…

Entre los pueblos prehispánicos que habitaron en México antes de la llegada de los conquistadores españoles, era común que se rindiera culto a diosas y diosas relacionados con el Sol, la Luna o las estrellas, así como con fenómenos naturales tales como el día, la oscuridad o la lluvia. Así, entre los mayas, toltecas, teotihuacanos, zapotecas y mexicas se ofrecía tributo a dioses como Tláloc, Chaac, Cocijo o Matlalcueye, los cuales tenían el poder de hacer llover y, también, de que todo quedara muerto y seco.

Conozcamos, entonces a los principales dioses y diosas del México antiguo relacionados con la lluvia, el rayo, las tormentas y los fenómenos naturales en general relacionados con el agua.

TE RECOMENDAMOS: Teotihuacan: cinco cosas que no sabías de la “Ciudad de los Dioses”.

Tláloc

Sin duda, es el más famoso de los dioses de la lluvia del México prehispánico, pues se le rendía culto en Teotihuacan, entre los toltecas y en el Imperio Mexica. A Tláloc se le representa de color azul turquesa, con un par de anteojeras negras formadas por dos serpientes que se entrelazan, una especie de bigotera que es su labio superior, un estandarte de oro largo y con forma de culebra, y gotas oscuras en su vestimenta que representan las gotas de la lluvia. También se le consideraba dios del rayo y de los terremotos.

Chaac

Entre los mayas, Chaac era dios de la lluvia y del relámpago equivalente a Tláloc y se le distingue por una sobresaliente y notoria nariz ganchuda. Es el dios más representado en los códices mayas, por su clara significación de lluvia y relámpago. En ellos aparece con cuerpo humano y cara con larga nariz colgante como de tapir; en ocasiones porta en la mano su hacha-rayo; a veces lleva una antorcha, símbolo de sequía, ya que de él dependía que lloviera o no. Se le dibuja sembrando, sentado sobre árboles de los rumbos cósmicos, sobre animales y sobre nubes. Chaac ha sido asociado también con la guerra y con el dios GI de Palenque.

Cocijo

También llamado Cociyo o Pitao Cocijo, es el antiguo y poderoso dios zapoteca de la lluvia, quien tenía cuatro compañeros: Zaa , “nubes”; Niça Quiye, “lluvia”; Pèe , “viento” y Quiezabi, “granizo”. En el arte zapoteco, Cocijo se representa con una cara de animal con hocico ancho, ancho y una lengua larga bífida o de serpiente en forma de horquilla; a menudo lleva el glifo zapoteca del agua en su tocado y una máscara que le rodea los ojos, de modo similar a las representaciones de Tláloc.

Matlalcueye

Esta mujer es la diosa de la lluvia y las aguas terrestres, y consorte de Tláloc, dios de la lluvia, según los tlaxcaltecas. Su nombre significa “la de la falda azul” y los mexicas la conocían con el nombre de Chalchiuhtlicue, cuyo nombre quiere decir “la de la falda de jade” y entre los nahuas era la diosa de las aguas dulces de los ríos y los lagos. Según la leyenda, fue la segunda esposa de Tláloc, después de que su rpimera consorte, Xochiquétzal, fuera raptada por el dios Tezcatlipoca.

Otros dioses prehispánicos de la lluvia eran: Chiconahui Quiáhuitl, nombre que daban al dios de la lluvia en Cholula; Dzahui, equivalente de Tláloc en la Mixteca, y también significa “lluvia”; está el dios otomí Mu’ye y entre los purépechas el dios de la lluvia se llama Tirípeme Curicaueri; y Tajín, el dios totonaco, quiere decir “trueno”.